LOS LISTOS DEL PUEBLO

No comprendo cómo los distintos informes que se elaboran sobre el nivel de conocimiento de los españoles dan siempre datos tan negativos. El PIAAC por ejemplo, una especie de informe PISA para los adultos, nos sitúa en un penúltimo puesto dentro de los países de la Unión Europea en cuanto a comprensión lectora. Digo que no lo comprendo porque el ciudadano medio de este país nuestro “entiende” de todo o de casi todo.

Porque, yo no sé los ciudadanos de otros países, pero el español medio es capaz de observar cómo una rotonda, por ejemplo, va a ocasionar más perjuicio que beneficio en el tráfico rodado con tal de ver empezar la obra y como esta se va desarrollando. Algunos se otorgan la licenciatura de Historia, Sociología o Psicología, tan sólo porque han leído algunos artículos referentes a dichas especialidades. Que un servidor escriba artículos semanales no me convierte en escritor y además, que cometa errores gramaticales a la hora de establecer concordancias lo confirman.  

Los hay que quieren imponer impuestos nuevos sin distinguir, de entre los diferentes tributos, qué es un impuesto y qué es una tasa. Ellos lanzan su idea y un grupo de incondicionales le siguen cual mesías. Me estoy acordando de un individuo (lo de individuo no va con segundas, lo digo en sentido de persona, no de menda) que proclama una y otra  vez que se establezca un  impuesto para toda aquella persona de la localidad que tenga un perro de mascota. Además, el personaje en cuestión afirma que este impuesto está establecido en muchos lugares de España. Ignora el susodicho que los ayuntamientos no pueden “crear” impuestos. Ello es competencia de las comunidades autónomas. Y, da la casualidad que en Andalucía no existe este impuesto. Tendría, pues, que dirigir su demanda a otra Administración por encima de la local. Es sólo un ejemplo que viene a corroborar que el español medio no necesita ilustrarse para buscar y ofrecer soluciones. La conclusión, eso sí, es que el personaje en cuestión no tiene de mascota a un perro y sus seguidores tampoco.

Donde se palpa la sapiencia popular es entre los aficionados al fútbol. Aquí, todo dios parece que ha obtenido el  título en la Escuela Nacional de Entrenadores, o que ha estudiado periodismo y se ha especializado en Deportes.
Cuestión aparte son las opiniones políticas de cada cual. Respetar la libertad de expresión es una de las manifestaciones más claras de un sistema que se considere democrático. Aunque también en este terreno algunos exhiben su “currículo”. Ya se sabe que una de las tácticas de propaganda más utilizada es aquella en la  que si alguien esgrime un argumento que no se puede rebatir, en lugar de de atacar al argumento se ataca a quién lo sostiene.

El bueno de don Antonio Machado decía que “no es libre quien puede decir lo que piensa, sino quien puede pensar lo que dice”. En esto del pensar, ¡cuánto camino queda don Antonio!
Salud.