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Sábado, 02 de Junio de 2018

Carlos Roque Sánchez

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!OJO! ESTAFA AL CANTO

 

 

 

 

 

Planteamiento. Me ha llegado en forma de correo electrónico hace una semana y lo cierto es que no lo he comprobado, pero como me parece conveniente que lo conozcan sin más se lo cuento. Vaya por delante que es lo que aparenta ser: un timo más, otra estafa de este nuevo puerto de arrebatacapas que es internet y, supuestamente, la cuenta en primera persona quien la sufrió.


Un individuo que se había comprado un coche nuevo que estaban a punto de entregarle, por lo que puso el suyo viejo en venta a través de la red, en uno de esos portales de “segundamano”, “cambalache” o “compraventa”. Su precio era de mil ochocientos euros (1800 €) y al poco tiempo recibió un correo electrónico de un belga, un tal Chris Bommel (éste es el burlero cibernético), manifestándole su interés en comprarlo. Le pedía algunas características técnicas más del mismo así como unas fotografías, lo normal, de modo que se las envió y, para su sorpresa, al día siguiente le confirmaba la compra, solicitándole sus datos personales para enviarle un cheque nominativo. La idea era que tras su recepción el importador se pondría en contacto con él para proceder a la recogida del vehículo. Todo esto ocurría un viernes. Pasado el fin de semana, el lunes, nuestro comunicante recibía por correo urgente un sobre procedente de Bélgica con matasellos de Deurne y un cheque en su interior. Un cheque bancario (de los que emite el banco y por lo tanto, no existe riesgo de que sea sin fondos) del banco Sabadell Atlántico, expedido a su nombre pero por una cantidad muy superior al acordado cuatro mil euros (4000 €). Alea.


Nudo. Al advertir este error, se puso en contacto por e-mail con el tal Chris, para comentarle que le había mandado mucho más dinero del convenido. Éste, “sorprendido”, le contestó que todo había sido error de su secretaria, al consignar en el cheque el pago del vehículo, las comisiones y gastos de transferencia y los honorarios del importador. Le pidió que hiciera efectivo el cheque, se quedara con su parte y que, por favor, enviara el resto a su importador, Tinsley David (éste es al que le llegan los cuartos, el otro malandrín), en Richard Straat 125, Brugge 8020 en Bélgica, a través de Western Union, una especie de agencia de transporte internacional que trabaja con empresas españolas como Correos y telégrafos, MRW, Viajes Halcón, etcétera. Incluso le mandó un listado de filiales de esta agencia en España.


Bueno, estoy con usted que todo resultaba algo extraño pero la verdad es que nada hacía pensar en un timo. Como además, lógicamente, no iba a enviar dinero hasta no hacer efectivo el cheque, nuestro hombre no encontró motivo alguno para desconfiar. Así que al día siguiente por la mañana, se acercó a una sucursal del banco Sabadell Atlántico donde el cajero, al ver la cuantía del cheque le comentó que no tenía en caja dicha cantidad, por lo que le pidió que se pasara a última hora para hacerlo efectivo. Molesto pero normal así lo hizo pero, hete aquí que, al volver al banco fue atendido por la directora que le preguntó quién le había dado ese cheque. Conforme le contaba toda la historia, su cara (la de la directora) cambiaba y al final habló ella. Por su experiencia profesional las características de la operación de compra-venta coincidían con una estafa que solía cometer a través de internet. El cheque era efectivamente un cheque bancario auténtico del banco Sabadell Atlántico, pero procedía de un talonario robado y, por tanto, a todos los efectos era falso. Alea jacta.


Desenlace. Hasta aquí la historia y supongo que usted se estará preguntando ¿dónde está el timo, si se detecta que el cheque es falso? Pues ahí justo, ante sus propias narices, ahí está la trampa. Si en vez de haber ido, como por suerte él hizo, a una sucursal del mismo banco emisor del cheque, donde ya estaban al tanto del truco del almendruco, lo hubiese llevado a otro banco distinto donde tuviera cuenta, le habrían hecho el ingreso (en apariencia el cheque es correcto), con lo cual usted -con el dinero ya en su poder- le habría enviado al supuesto importador los dos mil doscientos euros (2200 €) que sobraban de la operación. Y ya habría picado irremisiblemente pues a los pocos días, cuando el cheque fuese canjeado por su banco al Sabadell Atlántico y se percatasen de su falsedad, le habrían reclamado a usted el importe total del cheque, los 4000 €, más las correspondientes comisiones por devolución. Alea jacta est.


Coincidirán en que, de ser cierta la historia, estos belgas ladroneros muestran un buen conocimiento de la lentitud en el proceso de verificación de nuestro sistema bancario. Dice también nuestro remitente que todos los hechos están denunciados en una comisaría de San Fernando (Cádiz), y que ruega su difusión, en evitación de nuevos desmanes de estos amigos de lo ajeno. Leído y escrito.


CONTACTO : [email protected]
FUENTE: Enroque de ciencia

 

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