AGNOTOLOGÍA

Robert Proctor, en su obra “Agnotología: La construcción y destrucción de la ignorancia”afirma que “la ignorancia es poder...y la agnotología es la creación deliberada de la ignorancia”.

Cuando a ciertos poderes les interesa ocultar asuntos que pueden ser perjudiciales para la mayoría, lanzan mensajes repetidos, basados en supuestos técnicos, con el fin de que calen en la opinión pública.
Suele ocurrir en el debate político, donde los partidos políticos del espectro ideológico liberal, recurren por medio de la desinformación  a provocar que el debate transcurra, no en torno a unos datos, sino alrededor de unas propuestas, las suyas, para cambiar esos datos y falsear la realidad.

El profesor Robert Proctor define estas estrategias como “armas de distracción masiva”. Con estas estrategias se consiguen dos cosas. Por una parte, negar la credibilidad de las fuentes por muy solventes que estas sean. Por otro, negar los propios hechos. La combinación de ambas estrategias consiguen la producción intencionada de ignorancia. Necesitan, además, de la colaboración de publicistas y medios de comunicación, de periodistas bien conocidos, hasta conseguir producir, un término que oímos mucho últimamente, la llamada posverdad.

La agnotología, junto a la retórica, la desinformación y la propaganda política, son los métodos utilizados para la confección de mensajes demagógicos. Ya saben, la demagogia es, por definición, aquella estrategia utilizada para conseguir el poder político apelando a prejuicios, emociones miedos y perspectivas del público para ganar apoyo ciudadano.

No hay que ser político ni ostentar cargo público alguno para utilizar estas estrategias.

Cualquier ciudadano o grupo de ciudadanos puede lograr inyectar su posverdad para lograr sus objetivos.
Es complicado hacer frente a estas estrategias. Una solución podría ser contrarrestar las afirmaciones interesadamente vertidas con datos reales y objetivos. En el caso de que los mensajes que originan “falsificación” de la verdad vengan originados por algún grupo político ligado a intereses mercantilistas, se hace sumamente complicado destapar las mentiras porque que algo aparente resulte más importante para la opinión pública que la propia verdad es muy difícil de combatir. Al respecto, el juez Baltasar Garzón viene a afirmar que “la política, la ética y la responsabilidad se hallan en crisis”.

Si el mensaje “prostituido” nace de los intereses de algún grupo de ciudadanos, tal  vez no basta con la exposición de los datos, porque ya existe una predisposición a no aceptarlos como verdad. En este sentido, puede ser que sean los grupos políticos los que acepten la posverdad de esa ciudadanía con el fin de verse favorecidos electoralmente frente a sus adversarios políticos enfrentados a los principios de ese grupo de ciudadanos.

Analizado con rigor, Robert Proctor ha puesto nombre,agnotología,  a una acción inmanente a lo largo de la Historia. Me estoy refiriendo a la manipulación. Como estamos en Semana Santa, me estoy acordando de aquello de “liberar a Jesús o a Barrabás”. Ya conocen el desenlace.
Salud.