HA LLEGADO EL CARNAVAL

El Carnaval ha llegado para dominar el Mundo. Aprovechemos para “amargarles la vida” a los tristes, a los fachas, a los correctos. Aprovechemos estos días para criticar a los gobiernos. A todos los gobiernos, a los locales, autonómicos y nacionales. Empleemos la sátira, el sarcasmo, la burla... para trasladar lo que pensamos de la sociedad idiotizada, de la realidad diaria. Llenemos las calles de risas con nuestras  invectivas. Que se queden “pasmaos” los que se escandalizan ante tanta anarquía lingüística. Exprimamos su corta vida.

El Carnaval ha llegado. Beneficiémonos de la licencia que nos da la norma de la libertad de expresión. Esto es “Cai y aquí hay que mamar” señoras, señores, ministras y ministros, pasados, presentes y futuros. ¿Futuros? A  lo peor aprueban una ley contra los dispendios críticos de los letristas y aplican, cual tiempos pasados de tristes recuerdos, una censura carnavalesca. Aunque ya se sabe aquello de que “con las bombas que tiran los fanfarrones...”. Pero ahora, desde altos mandatarios a simples concejales, tienen que “mamar”, aunque sólo sean por unos días, todo lo que  el pueblo pueda expresar. Por unos días, no nos aplicarán la Ley ni nos recortarán la libertad de expresarnos.

El Carnaval no arregla el mundo, pero lo hace mejor por unos días.  Esto me parece que lo dijo un alcalde hace poco. Lo comparto.  La democracia se llena de sentido. Aquí no se salva nadie,  ni Dios, ni la Casa Real, ni... Crítica política, pero también social.

¡Qué tomen nota! ¡Qué hagan un análisis de las letras, a modo de comentario de texto, y desentrañen los  pensamientos escritos! ¡Qué tomen nota si quieren! Si no, peor para ellos.

La alegría, prima hermana del Carnaval, se ha instalado por unos días en nuestros hogares. Vuelve cada año en unas cortas vacaciones para partir rauda hacia la caverna de la  cenicienta y cruda realidad.
La alegría, prima carnal del Carnaval, se disfraza para la ocasión. Llega inundando el aire de colores y de imágenes variopintas.
El Carnaval le pone voz a un tango y su prima le acompaña con sonido de palmas y movimientos desenfadados. El Carnaval entona un pasodoble y a su prima se le erizan los vellos por la emoción de las voces y el contenido de la letra. El Carnaval canta un cuplé y su prima estalla en una risa contagiosa o, cuando menos, dibuja  una sonrisa cómplice.

En cualquier esquina de cualquier calle o plaza  los podemos encontrar, al Carnaval y a su prima, recitando un romancero, contagiando y haciendo disfrutar a los que se paran a escuchar.

La imaginación y el ingenio, oculto como apreciado tesoro durante meses, muestra su talento al pueblo, que no deja de ser el origen de su inventiva. Porque, el Carnaval es del Pueblo. El Carnaval es el Pueblo.
Efímera victoria. El Carnaval igual que ha llegado se habrá ido. Queda barrer los papelillos y serpentinas, guardar los libretos y disfraces  y pasar, otra vez,  de dominadores a dominados.  
Salud.