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Sábado, 20 de Enero de 2018

Carlos Roque Sánchez

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ANIMALES IRRACIONALES

 

 

 

 

Primer Acto. Todos los días, muy temprano, llegaba a la empresa una hormiga empleada que era trabajadora y alegre. Allí pasaba el día en su faena, sin quejarse. Era una hormiga eficiente en su quehacer y agradable en el trato, a pesar (o tal vez por) de que no era supervisada por ningún jefe.


Pero he aquí que el Abejorro Gerente General consideró que esto no podía ser, que no era un organigrama profesional, por lo que creó el puesto de Supervisor para el que contrató a un Escarabajo con mucha experiencia. Su primera preocupación sería la de anotar la hora de entrada y salida de la hormiga, y es que este tipo de datos son importantes. Y la segunda, que con ellos se elaboraran concienzudos informes ya que, como bien sabrán, el análisis de datos es fundamental. Pero claro, pronto cayeron en la cuenta de que era necesario que alguien diseñara dichos informes, así que contrataron una Arañita Secretaria. Entre otras tareas ella fue la encargada de atender el teléfono y organizar los archivos, para lo que pidió a nuestra hormiga, trabajadora y alegre, que le suministrara los datos. Aunque eso sí lo debía hacer fuera de su horario, después de haber realizado su trabajo. Total tampoco era tanto y ella ¡era tan eficiente! que seguro que lo haría bien y en un plis-plás.


Y así fue, el Abejorro Gerente General quedó encantado con los informes del Escarabajo Supervisor, encantado sí, pero no conforme. Sabido es que siempre hay que exigir más, un poco más, a los subordinados. Y exigió tener también cuadros comparativos, gráficos ilustradores, indicativos de gestión y marcadores de tendencias. Los necesitaba pues sin duda, la interpretación de los datos es imprescindible. ‘Ergo’ se hizo indispensable manejar un nuevo programa informático e instalar otro ordenador con impresora a color por supuesto y, claro, fue necesario contratar una Cucaracha Ayudante para el Escarabajo Supervisor.


Ella encargaría las interpretaciones de los datos a la Arañita Secretaria quien a su vez, natural, se los pasaría a la hormiga empleada. Que aún seguía siendo eficiente, pues era muy trabajadora, pero que ya no estaba alegre, no, al menos no tanto como antes. Se quejaba de las nuevas tecnologías que tenía que aprender, del ingente papeleo que debía tramitar, de su trabajo de siempre que se resentía como nunca. No, no daba abasto, esto no marchaba bien y cualquiera lo podía ver. Ante esta situación el Abejorro Gerente General tomó cartas en el asunto y mandó dotar una nueva plaza, ante la que nuestra hormiga respiró aliviada. Pensó con cierta lógica que tendría alguien que le ayudaría en el trabajo. Menos mal.


Segundo Acto. Sin embargo el alivio duró lo que un suspiro o menos, porque lo que se creó fue el cargo de Gerente de Área, eso sí de la misma área en la que trabajaba la otrora hormiga eficiente y alegre. Y se lo dieron a una Cigarra que nada más llegar pidió, lógico, un asistente personal pero que, mientras éste llegaba, solicitó otro ordenador para ella, planteó la necesidad de una nueva red local, encargó la preparación de un presupuesto y mandó elaborar un plan estratégico ¿Qué a quién se lo encargó? Pues vaya pregunta. A la hormiga, a quien si no.
Pronto la ya triste hormiga, a pesar de que seguía siendo trabajadora, dejó de ser eficiente. Por día se le notaba más y más irascible, y es que no podía más. “Voy a tener que contratar un estudio de ambiente laboral un día de estos” se dijo preocupada su jefa, la Cigarra, al ver el estado anímico de su hormiga empleada. Mal asunto. Y lo peor es que la preocupada y preocupante idea de la Cigarra, no era la única que amenazaba a la hormiga. El Abejorro Gerente General, al comparar los gráficos realizados por la hormiga, observó que ésta ya no rendía en su trabajo como antes. Algo inaudito en ella tan eficiente siempre, pero es lo que había y no se podía consentir.
Así que contrató a un Búho Asesor para que hiciera un diagnóstico de la situación laboral y que tardó tres meses en emitir, si bien el buhonero informe era escueto. “Hay demasiada gente en esta área” y aportaba una solución ¿Que en qué dirección apuntaba esa solución se pregunta? Pues sí, ha acertado, en la que mismamente está pensando. El Escarabajo Gerente, aconsejado por el Búho Consultor, despidió a la hormiga empleada. Si ya no era ni eficiente ni alegre, para qué la querían entonces.


Moraleja. Por lo que más quiera no se le ocurra por nada de este mundo ser una hormiga eficiente y agradable. Es mil veces preferible ser un incompetente, no destacar en su trabajo y así no necesitará de un jefe que le supervise. Para qué, si no hace nada, no habrá nada que supervisar. Mas, si por lo que sea, le resulta inevitable ser eficiente, por Dios, al menos, no esté alegre. Invéntese de vez en cuando alguna desgracia. Lo crea o no, funciona y sobre todo le dejarán tranquilo. Y si a pesar de todo lo que le digo, que le vamos a hacer usted es así, se empeña en ser eficiente y agradable, mi consejo es... que monte su propia empresa. Por lo menos no vivirán a su costa los abejorros, escarabajos, arañitas, cucarachas, cigarras y búhos que en este mundo son. P.D.: Cualquier coincidencia racional es mera realidad.

 

CONTACTO: [email protected]
FUENTE: Enroque de ciencia

 

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