PANORAMA POLÍTICO

Soy de la opinión de que cuando un Pueblo  mayoritariamente desea independizarse no hay poder político que lo retenga. Ni aplicando todo el ordenamiento jurídico,  ni empleando la fuerza sobre él. La Historia está llena de ejemplos.

Ahora bien, ¿es este el caso de Cataluña? Ciertamente, no. Tanto el reparto de escaños, como el número absoluto de las votaciones, han demostrado que no existe una mayoría amplía de ciudadanos catalanes que desean la independencia. Lo que sí ha demostrado el resultado de las elecciones es la fragmentación de la ciudadanía catalana.

Las elecciones del 21 de diciembre en Cataluña ha girado en torno a un monotema. No se han mostrado programas de políticas sociales, educativas, sanitarias... Y si los diferentes partidos políticos la han contemplado en sus diferentes programas electorales (que es seguro que sí), todas estas han quedado sepultadas por la división entre dos bloques, autodenominados independentistas y constitucionalistas.

En ambos casos, los partidos políticos liberales han encabezado “las victorias”. En el bloque independentista, el JxCat (antigua Convergencia y Unió), la derecha liberal catalana. En la parte de los constitucionalistas, Ciudadanos, la derecha liberal española. Es curioso, ambos partidos comparten espacio ideológico en el ámbito europeo. Conclusión: la derecha ha ganado en ambos espacios “fronterizos”.  En cambio, la derecha que representa el PP parece que no tiene demasiados adeptos ni en Cataluña ni en el País Vasco, a juzgar por  el histórico de los resultados electorales en ambas comunidades. La preocupación más acuciante de los populares es que el efecto “Ciudadanos” se propague a otras comunidades autónomas e incluso a nivel nacional.
¿Y la Izquierda? Desde mi punto de vista no ha sabido transmitir su programa ni  encajarlo en este debate. Ha quedado demostrado que el debate no ha girado en torno a programas de gobierno de derecha-izquierda, sino independentistas-constitucionalistas. Y en ambos casos, la derecha ha salido victoriosa. La Izquierda ha quedado en un espacio ideológico que no se ha “vendido”. De ahí los resultados. Pero también debido a la indefinición ante los dos bloques. No ha sabido vender que la cuestión es la defensa de los derechos de la ciudadanía, la defensa de “lo público”. Y, por contra, se ha estado en una ambigüedad respecto a la “cuestión catalana”.  Me estoy refiriendo a Cat Comú-Podem, no a Izquierda Republicana de Cataluña, claro está.

A partir del resultado de las elecciones en Cataluña, la Izquierda debe llevar a cabo una profunda reflexión. La aparición de Ciudadanos en el panorama político español viene a significar que la derecha ideológica “se ha reciclado”. Una derecha “reciclada” que puede, en palabras de su líder,  gobernar tanto  con el PSOE como con el PP.

Sin olvidar la emoción, hay que pasar de esta a la gestión. ¿Qué preocupa a nuestros conciudadanos?  La obtención de una pensión digna, una sanidad y una educación pública de calidad, unos servicios básicos accesibles y asequibles... poner en práctica el articulado de la Constitución. Pero ofreciendo soluciones.
Salud.