Balsa Cirrito
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ESPAÑA, PRIMERA POTENCIA EUROPEA
Me gustaría ser un niño pequeño para poder ver el futuro. Digamos dentro de sesenta años. Y me gustaría porque por esos días, según mis cálculos, España será la primera o segunda potencia europea. No bromeo. No bromeo mucho. No bromeo nada.
Quienes se hayan molestado en leerme sabrán que desde hace mucho tiempo me muestro contrario a los nacionalismos tan flamencos de Cataluña y el País Vasco. Pero debo decir que la razón básica es la estética, y luego la ética. La mayoría de los independentistas me resultan estéticamente haloweenianos, y casi todos, desde Otegui hasta Puigdemont, diríamos que acuden al mismo peluquero, que creo que se llama Kill Bill, además de fumar del mismo camello, atendiendo a la expresión alucinada de ellos; éticamente todos me parecen unos neonazis (y no sé por qué utilizo el prefijo neo). Pero lo que es la cuestión independentista en sí, yo diría que resultaría beneficiosa para España.
¿Cuál sería el primer resultado de una Cataluña independiente? Pues que tendríamos una casi automática unión de Portugal y el resto de España. La cuestión empezaría por el fútbol. En más de una ocasión varios clubes portugueses han intentado participar en la liga española, posibilidad que se les ha negado. Sin clubes catalanes, no hay que ser muy avispado para darse cuenta de que se abriría la puerta a los equipos lusos. A partir de ahí vendría el resto. Y ni siquiera sería demasiado traumático ni difícil. Cada año crece el porcentaje de portugueses que apuesta por una unión ibérica. En el último estudio que conozco, de 2016, del Instituto Elcano, las cifras fueron apabullantes. El 80% de los portugueses veía de manera favorable la unión con España. Con una Cataluña escindida, sin temor a la preponderancia española, es de suponer que las cifras serían todavía superiores.
¿Y qué significaría esto? ¿Qué lograría esa unión? Pues sencillamente un impulso formidable para la península. Pese a lo que se suele decir, los países se mueven a menudo por empuje espiritual, por estados de ánimo, por confianza, en una palabra, por convicción. Esa Iberia unida dispararía, por ejemplo, las inversiones en la península, tanto las provenientes del interior como las del exterior, de suerte que no sería insensato prever un auge económico como nunca hayamos conocido. Por supuesto, ese auge, esa mayor extensión y mayor población daría lugar a un aumento de la influencia ibérica en el mundo, acrecentado porque ahora sería la cabeza no solo del mundo hispanoparlante, sino también del lusoparlante, esto es de la segunda y de la séptima lenguas del mundo. Sin duda alguna, el G8 tendría que pasar a llamarse G9 para dar espacio a la nueva potencia ibérica. Incluso, si queremos fantasear, en una Hispania como la que presento no sería ni siquiera imposible que territorios como Puerto Rico decidieran su vuelta a España. De hecho, en el presente, ya hay movimientos en la isla antillana que llaman a un retorno a España, y aunque ciertamente son minoritarios, no resulta absurdo pensar que con una Hispania pujante adquirieran mayor fuerza (sobre todo ahora, que están enfadadísimos con los EEUU).
Y lo más cachondo de todo. En ese futuro que planteo, con toda la península unida salvo Cataluña, sería Cataluña, sin ningún género de dudas, quien solicitaría su ingreso en la Unión Ibérica. Eso sí, tendríamos que realizar un referéndum para ver si la dejábamos entrar (que la dejaríamos, porque somos generosos). Así que vamos a tomarnos las cosas con calma, que tenemos todas las de ganar.
He dicho al principio que me gustaría ser un niño para contemplar ese luminoso futuro a sesenta años vista. Pero, ¿qué estoy hablando? Esa Hispania que preveo será tan estupenda y tendremos una sanidad tan avanzada que viviremos hasta edades ahora impensables. O sea, que me apunto.












Alphonse Capone | Lunes, 06 de Noviembre de 2017 a las 21:43:54 horas
Mire usted señor Repelenterota, si como asegura ud, el articulo del sr Balsa recoge la idea totalitaria de un fascista como Jose Antonio Primo de Rivera, que dicho de paso no queria lo mejor para España sino para sí mismo ya que perseguia autonombrarse dictador, como lo fué su padre, pasando por encima del derecho de los españoles a decidir quien les gobernase y que no dudó en provocar un golpe de estado en forma de levantamiento militar que desembocó en una guerra civil con cientos de miles de muertos, servidor no ensucia ningún articulo, lo ensucia el mismo que lo redacta u otros como usted que lo tergiversan para arrimar el ascua a su sardina fascista. Parece tener ud una obsesión con las mentes de los demás, lo mismo esté provocado por su carestia en ese ambito, cultivese.
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