El desafío de las monedas militares
Se pueden coleccionar tantas cosas como queramos. Con ello no solo conservamos los objetos, sino también los recuerdos. Y una forma de hacerlo es a través de las monedas militares. Se pueden definir como pequeños medallones o fichas que indican que una persona es o ha sido miembro de una organización. Obviamente, existen de varios tipos. Podemos encontrar, por ejemplo, del Ejército, la Marina, las Fuerzas Aéreas, así como por jubilación, ascenso o condecoración. En zonas donde tradicionalmente se cuenta con presencia militar es más común encontrar estas monedas, tal y como ocurre en la localidad gaditana de Rota. Las más conocidas aquí son las de la Base Naval de Rota.
El origen de estas monedas es tan antiguo como confuso. Hay quienes lo sitúan en las legiones romanas, ya que los soldados que servían bien recibían su salario y una moneda como bonificación. Otros aseguran que esta tradición comenzó durante la primera Guerra Mundial. Los universitarios y graduados, especialmente de Yale y Harvard, que habían servido en el frente solían enviar a sus familias monedas y medallas de guerra propias de su unidad, para mantener vivo el recuerdo con el paso del tiempo. Incluso hay quienes dicen que las primeras de estas monedas las utilizaban para comprar sus bebidas en el frente y a retar a otros con ellas. Lo cierto es que muchos años después las monedas militares siguen teniendo mucho valor, sobre todo sentimental porque crean camaradería entre compañeros.
Normalmente, este tipo de monedas miden entre 1,5 y 2 pulgadas de diámetro y tienen 1/10 pulgadas de espesor, si bien se pueden encontrar de otros tamaños. Suelen ser de estaño, cobre o níquel, aunque algunas, incluso, están bañadas en oro. En ellas encontramos todo tipo de formas, como escudos, pentágonos, puntas de flecha o placas de identificación. Y es habitual que lleven grabadas las insignias y el lema de la organización.
Si coleccionas estas monedas o te gustaría tener alguna, quizás te interese saber que también las puedes fabricar tú mismo. Solo necesitas tener fichas de póker y personalizarlas. Lo ideal es que cuentes con una colección de viejas fichas porque así parecerán más auténticas. El proceso es sencillo. Tras lijar la ficha, se imprime el grabado o el logo de la moneda que quieres recrear y a continuación lo pegas sobre ella. El resultado es espectacular. Y no te preocupes si durante el proceso pierdes alguna ficha. Ahora ya no las necesitas para practicar sobre el tapete verde, puesto que en los casinos online, como los que se ofertan en Qué Casino las fichas son virtuales. No ocupan espacio ni se pierden.
Si prefieres comprarlas, también tienes esa opción. Puedes pagar por las auténticas o bien solicitar que te las acuñen de forma personalizada. Así podrás participar en otra tradición asociada a estos artículos, la de retar con este tipo de monedas en algún bar, como hacían antaño los militares. También es posible que te reten a ti. Te recomendamos que antes de participar conozcas las reglas.
El valor, por tanto, de estas monedas es doble. Con ellas los militares y sus familiares conservan el recuerdo de un tiempo pasado y por eso son muy atractivas para los coleccionistas. Pero también tienen un valor lúdico, puesto que no necesitas tener ningún tipo de relación militar para conseguir alguna, incluso puedes fabricarla tú mismo, y desafiar a otros con ellas.



































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