Los niños bielorrusos que el pasado 4 de julio llegaron a Rota a través del programa de acogida de la Hermandad de la Salud, partieron a su lugar de origen el 22 de agosto tras haber pasado en la localidad todo un verano alejado de la radioactividad cuyos efectos todavía se dejan notar en la población pese a que han pasado décadas desde el accidente nuclear de Chernóbil, el 26 de abril de 1986, actualmente Ucrania.

Aunque aquel desastre se produjo a 18 kilómetros de la ciudad, la población sigue soportando consecuencias nocivas para la salud y por eso, existen programas de saneamiento que permiten que sus ciudadanos, en este caso niños, se alejen durante unos meses de esa radiación para ayudar a aumentar su esperanza de vida.

La Hermandad de la Salud lleva años, a través de su bolsa asistencial "Nuestra Señora de la Caridad", colaborando con esta iniciativa que permite que niños bielorrusos pasen los meses estivales en el municipio gracias a familias de acogida que se involucran y abren sus puertas a estos jóvenes.

Durante el periodo de tiempo que pasan en Rota, los niños pasan por revisiones médicas y odontológicas gestionadas por la hermandad roteña lo que unido a estar alejados de la zona, les permite bajar el índice de radioactividad que afecta a su salud y esperanza de vida.

Para la Hermandad de la Salud, este programa de saneamiento de niños bielorrusos no sería posible sin la ayuda de las familias que acogen así como de empresas e instituciones que colaboran para que cada año pueda llevarse a cabo, por ello, han querido dar las gracias públicamente a todos los que lo han hecho posible.

Los niños vuelven a Bielorrusia con mejor estado de salud, habiendo disfrutado del sol y la playa, y del cariño de sus padres de acogida.