PAREJAS ROTAS



   
  
Las parejas se enfrentan constantemente a un gran número de problemas, especialmente en el momento de la convivencia a la que se ve sometida en el periodo vacacional y de compartir con la “familia extensa” (léase suegr@s, cuñad@s, prim@s, etc.). Poco a poco se “aterriza” tras el vuelo de la fantasía con la que se llegó a formar la unión. Claro que todo no puede basarse en la “felicidad absoluta”. Formar pareja también es una forma de enfrentarse a las situaciones cotidianas de la vida: economía, sexualidad, familia, trabajo, etc.

El común denominador de las malas relaciones de pareja es la falta de comunicación eficaz. A veces, uno de los miembros de la pareja siente, cree y actúa como si estuviera en posesión de la verdad. Esto se manifiesta a través de juzgar continuamente al otro en tono de acusación. Se establece una especie de dominio que desequilibra la convivencia. Surgen los conflictos y la pareja se ve envuelta en una rutina pesada que genera un ambiente hostil. Es el momento en el que se empieza a buscar la felicidad fuera del hogar.

Los principales factores que influyen en el camino hacia el fracaso son: El término de la fase de enamoramiento. Es cuando el cosquilleo que entraba al ver al otro desaparece. Nos encontramos con “el otro” tal cual, lo queremos pero la pasión loca del comienzo ya no está. Comienzan las inquietudes: ¿Esto es lo que quiero para mi vida? ¿Me habré equivocado al elegir a la persona que me acompaña? Surge, entonces, la tentación de la infidelidad para recuperar la pasión perdida o, más comúnmente, se opta por disfrutar de una fase de tranquilidad en convivencia.

Se empieza a aceptar al otro con defectos y virtudes. En la convivencia, aquel hombre o mujer perfecta empieza a  desvanecerse. El asunto no es simplemente “tolerar” a nuestra pareja. Esto involucra un proceso de adaptación que es complejo, ya que todos tenemos aspectos negativos.  Llega el momento de asumir que se debe pensar en dos y no en uno. Si antes vivías sol@, la dificultad aumenta. Más aún, con la llegada de los hijos se cambian las prioridades.
Pese a todo, a continuación repetimos algunos consejos para ayudarnos a aclararnos desde el principio del año:

Según los expertos, para saber si somos compatibles con nuestra pareja es necesario fijarse en algunas características personales: 1-El tipo de humor. Es muy importante estar frente a una persona positiva y que vea la vida desde una perspectiva simple. 2-La sintonía sexual. La persona elegida debería ser, supuestamente, la única con la que tendríamos sexo de por vida, por lo tanto, es imprescindible la compatibilidad en ese terreno. 3-La manera de ver la vida. Polos opuestos se atraen, pero sólo al principio; posteriormente cada tema discutido termina convirtiéndose en un conflicto. Cuidado con la religión y principios de cada uno. Sobre todo cuando se tienen hijos ¿con qué ritual lo bautizaríamos? ¿Nos casamos por la Iglesia o convivimos? 4-Que sus conversaciones tengan fundamento. Respetar lo que cada uno piensa y dice. Si lo que uno habla no tiene sentido para el otro o, incluso, sentimos vergüenza de lo que dice en público, el futuro de la pareja está condenado al fracaso. 5- Apasionado en lo que haga. En la medida que nuestra pareja muestre pasión en lo que hace, será más fácil respetar cada una de sus actividades y, lo más importante, será admirad@, algo que es fundamental para mantener vivo el amor.  6- Disfrutar de las mismas distracciones. Salir por la noche juntos puede ser uno de los panoramas más entretenidos, siempre y cuando sea compartido, de lo contrario pasará a ser una de las más grandes frustraciones o, en definitiva, la llave que nos conducirá a otra pareja.