Los primeros efectos de la huelga indefinida de basuras que ha comenzado hoy 7 de agosto, en Rota, empiezan a notarse. Aunque es cierto que la acumulación de basuras varía en función de la zona de la que se esté hablando, la realidad es que a primera hora de la mañana ya se han podido ver contenedores rebosando bolsas de basura así que la situación va a ir a peor en pocas horas teniendo en cuenta la cantidad de población que hay en estos días en la localidad, coincidiendo con uno de los meses más fuertes del verano.

Desde ayer a las doce de la noche, la única dotación que se encarga de la limpieza de la localidad, a excepción de la parte de la que es directamente responsable el Ayuntamiento de Rota, es la decretada por los servicios mínimos que evidentemente, no podrá alcanzar la totalidad del servicio de limpieza y recogida de basuras.

La basura ya se acumula e incluso sobresale de muchos  de los contenedores en superficie y no tardará mucho en hacerlo del resto. El calor que además se prevé para hoy, y que a primera hora de la mañana ya empieza a notarse con fuerza, no ayudará demasiado a esta situación dramática para un pueblo costero como Rota que intenta dar una buena imagen a sus visitantes. Desde luego, si la cosa no mejora y la huelga de basuras se prolonga en muchos días, la localidad se verá notablemente perjudicada. Olor a basura y suciedad acumulada en muchos puntos no son una buena carta de presentación.

Son las consecuencias de la decisión tomada por los trabajadores de FCC, concesionaria del servicio de limpieza viaria y recogida de residuos sólidos, que ante la imposibilidad de seguir negociando el convenio colectivo para la plantilla, decidieron esta medida drástica. Así las cosas, y tras cuatro parones de tres horas los días 24, 25 y 31 de julio y 1 de agosto sin que las partes hayan llegado a acuerdo, la localidad enfrenta en pleno verano una huelga que dejará consecuencias negativas.

De momento, los primeros que la sufren son los vecinos, sobre todo, aquellos que tienen cerca de sus casas y ventanas los contenedores que poco a poco se van llenando y generando un olor desagradable. Habrá que confiar en que trabajadores y empresa, con la mediación del Ayuntamiento que ha estado en el conflicto desde el principio, lleguen pronto a acuerdo por el bien de la localidad.