FRANCO ESTARÍA ORGULLOSO DE VOSOTROS

La Junta de Aragón multará con cantidades que pueden llegar hasta los 150.000 euros a quienes canten el himno falangista Cara al sol o a quienes griten consignas del tipo: Viva Franco. No sé si los de la Junta de Aragón se habrán dado cuenta (que va a ser que no), pero así, a lo tonto, están haciendo un homenaje al dictador que no se lo salta un requeté. Porque, ¿podría haber algo que agradara más a Franco que el hecho de que se prohibieran cantos o gritos políticos? Es verdad que en este caso lo que se prohíbe son los suyos, pero no se puede tener todo. En lo fundamental, en el espíritu, tenemos que la ley más franquista de los últimos años es esta que se promulga contra Franco.
    

(Desde luego, no nos podemos quejar de vivir en un país aburrido).
    

Pero, digo yo, el Cara al sol, al fin y al cabo, es el himno de un partido legal o, mejor dicho, de varios partidos que se proclaman herederos de la Falange. Algunos de ellos, además, partidos de extrema izquierda, ya que la Falange era un batiburrillo tan extraño que servía para casi todo. No sé yo si es muy deportivo prohibir el himno de una formación - o formaciones - que nadie ha ilegalizado, de gente que se presenta periódicamente a las elecciones.
    

Aunque, maldita sea, tengo la costumbre de ver las cosas por donde queman, porque, con la misma lógica, ¿se prohibirá también La Internacional? La verdad sea dicha, si de matemáticas se trata, han sido como mil veces más las personas liquidadas al compás de esta última que al de la anterior. ¿Y se prohibirá también el precioso himno de los anarquistas, A las barricadas? Después de todo, precisamente en Aragón, durante la Guerra Civil, los simpáticos ácratas mataron y quemaron que daba gloria verlos (que no es opinión mía, es de alguien tan poco sospechoso de antirrepublicanismo como Manuel Azaña). (Pensándolo bien, si alguien quiere dejar de ser republicano, solo tiene que leer los diarios o la correspondencia del que fuera presidente de la república, don Manuel Azaña).
    

Como comprenderán, el que alguien deje de cantar o no el Cara al sol me importa un pito, pero el hecho de prohibirlo me parece un acto de despotismo absoluto, propio del mencionado Franco, a quien tengo la sensación de que muchos odian porque representa el lado oscuro de ellos mismos. Al final va a resultar que no hay nadie más franquista que los antifranquistas furibundos.
    

PD. Es curioso, pero hace muchos años, en mi época de carnavalero, llegué a cantar junto a mis compañeros de agrupación sendas parodias de La internacional y del Cara al sol, en los dos casos, ridiculizando los referidos himnos. Si he decir la verdad, casi nadie se espantó demasiado. (Estoy mintiendo: hubo cabreos gordos).