BUROCRACIA

Hace un par de semanas, parte de la playa de Costa Ballena se encontraba ocupada por una tubería de conducción para regenerar la arena perdida  de dicha parte del litoral como consecuencia de los temporales acaecidos el pasado invierno.

Me preguntaba cómo es que ni Roteños Unidos ni el Partido Popular local habían salido al paso para denunciar semejante situación creada en plena temporada alta de playa. Al fin y al cabo, el estado de pulcritud de nuestras playas ha sido un tema muy recurrente en las últimas temporadas por parte de la oposición.

La respuesta es que dichos trabajos corrían a cargo de la Demarcación de Costas. Este es un organismo dependiente de la Administración del Estado encuadrado dentro del Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente. Vamos que las competencias sobre dicha regeneración son del Gobierno central.
Y las obras de regeneración quedaron paradas porque desde el propio ministerio se exigía el informe del impacto medioambiental de dichas obras. Increíble, ¿no?

¡El Ministerio de Medio Ambiente le exige a la Demarcación de Costas (un organismo que forma parte de la estructura del propio ministerio) que detenga la regeneración de la playa hasta que dicho informe esté elaborado!  
El fastidio entre los asiduos a la playa de Costa Ballena ya fue más que notorio públicamente. ¡Hasta en la tele!
Parecía como si fuese la primera vez que la Demarcación de Costas se dedicase a regenerar la arena de una playa. Tiempo ha habido desde la primavera hasta ahora para ello.

Por fin, en el Consejo de Ministros del pasado viernes 7 de julio se “acuerda declarar excluido del trámite de evaluación ambiental las obras de emergencia para reparar los efectos de los temporales acaecidos en la segunda quincena de febrero de 2017 en la provincia de Cádiz”, escrito textual de ese acuerdo del Consejo de Ministros. Para llegar a esa conclusión, lo hubiesen acordado en Consejos de Ministros anteriores, no en vano se celebra uno todos los viernes, pensarán ustedes.

Qué estas situaciones se puedan dar, de hecho se han dado y la hemos sufrido en una de nuestras playas, viene a demostrar el intrincado mundo de la burocracia en nuestro país. De esta “galaxia” de  informes, expedientes, vistos buenos  y otros trámites, no se salva ninguna Administración del Estado.

Me pregunto cómo  se han podido dar tantos casos de  fraude en las Administraciones sin que nadie se percatara de ellos. Hay que ser un “piloto muy avispado” para esquivar todo un entramado de “asteroides” de papeleo. Un sinvergüenza, vamos.

En la Administración local, para llevar a cabo cualquier actividad hay que iniciar un largo proceso antes de culminarla. Si encima se está limitado en personal para llevar a cabo la labor, las actuaciones se hacen interminables. He llegado a este descubrimiento porque forme parte del equipo de gobierno local. Y no, no es una excusa ante la lentitud para hacer visibles las propuestas. Es, simplemente, una realidad.
Salud.