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Sábado, 01 de Julio de 2017

Carlos Roque Sánchez

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EL OMBLIGO DE EVA Y ADÁN (1)

 

 

 

 


¿Tuvieron ombligo nuestros primeros padres? Esta ‘opinión’ de hoy, sí que tiene toda la pinta de ser un auténtico problema, uno que anda entre lo físico y lo metafísico. Ya, pero no se deje engañar. De entrada tiene más de lo primero que de lo segundo, y de pinta, no tiene nada de nada.

 

En mi "opinión" estamos ante todo un asunto de calado, de uno con enjundia. Y es que bajo una accesible y anecdótica superficialidad, subyace un fondo esencial y de difícil acceso. Al menos así nos lo muestra la historia, la historia del ombligo claro. Pero como dice el carnicero de mi barrio, vayamos por parte.


Para empezar, desde la "verdad revelada", ninguna de las dos versiones que en la Biblia se relatan sobre la creación del hombre, menciona si Dios creó a Eva y Adán con ombligo o sin él ¿Qué hacer entonces? ¿Por cuál decidirse? ¿Tenían o no tenían?
Un tormentoso dilema sin duda pues, si ni siquiera en las altas instancias nos dicen en lo que debemos creer, ¿cómo saber en lo que creer debemos? Como ven, en los derroteros de la teología, la disputa está servida. Juzguen si no.


Si no lo tenían, entonces nuestros primeros padres estaban incompletos, inacabados, eran  imperfectos como seres humanos ¿Y habría creado el Perfecto Dios algo imperfecto? No, es imposible, Dios no.
Pero si lo tenían, ¿por qué? ¿Por qué, si ellos no habían nacido de un parto? Y sobre todo, ¿para qué? si no sirve para nada ¿Y habría creado el Divino Hacedor algo sin un propósito? Lo dudo mucho del buen Dios. Ya les avisé queridos lectores, un tormento este el de la nudosidad ombliguera.


Y desde el campo de las Humanidades, en concreto el de la perspectiva artística de la pintura, las evidencias existentes tampoco se puede decir que ayuden mucho. Y eso que la "caída" del hombre en el Paraíso fue, durante muchos años, un tema muy requerido por los pintores. Y de ella el momento más repetido fue el siguiente al de la caída, cuando nuestros primeros padres estaban, aún, artísticamente desnudos.
Desnudos pero, hasta el gran Miguel Ángel, los artistas estaban divididos.


Aunque todos les tapaban pudorosamente sus vergonzosas desnudeces y, en el caso de Eva su largo y suelto cabello resolvía también el problema ombliguístico, en el caso de Adán la hoja de parra era, manifiestamente, insuficiente. Por eso unos le dibujaban ombligo y otros no.


Esto fue así hasta que el gran Miguel Ángel se pronunció a favor de la existencia del ombligo y, como era pintor de la capilla privada del Papa, parece ser que zanjó el asunto: “Habemus umbilicus”. Sin embargo, tras la desaparición del maestro, la discrepancia sobre la respuesta al asunto ombliguero continuó. De modo que seguimos en las mismas, ¿tenían o no tenían?


Bien, sigamos. Sin respuesta alguna desde la religión o creencia, con alternancia desde la pintura o arte, ¿y desde el campo de las ciencias? ¿Qué puede aportar este conocimiento al respecto? Un inicio de respuesta científica la tenemos ya desde 1859, y nos llega a través del conocido libro de Charles Darwin, "El origen de las especies, por medio de la selección natural". (Continuará).

 

Para contacto personal: [email protected]
FUENTE: Enroque de ciencia

 

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  • Darwin

    Darwin | Sábado, 01 de Julio de 2017 a las 21:28:42 horas

    Nuestros primeros antepàsados si que tenian ombligo, como simios que eran, muy monos. Luego la especie ha ido involucionando hasta la fecha. No hay animal en todo el reino animal, más nocivo, egoista, destructor, maligno, ambicioso y ruín que los primates de la especie humana. Ninguno otro animal tortura o mata por diversión, como por ejemplo en el toreo, ni abandona a sus hijos, ni monta guerras que menguan su especie por ambiciones, odios raciales o fanatismos religiosos.

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