Antonio Franco
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CAMBIOS
En Francia las elecciones presidenciales han generado expectación en toda la Unión Europea. Hasta su resultado final, fue una “angustia” constante. Incertidumbre por parte de “los mercados”. Desazón por parte de los diferentes gobiernos comunitarios. Como sabemos, allí las elecciones son a doble vuelta. Es decir, las dos candidaturas más votadas optan, en unas segundas elecciones, a presidir la Nación. En las elecciones para elegir gobierno ocurre igual.
En Francia, los partidos históricos, el socialista y el conservador, han pasado a un segundo plano. Es decir, sus respectivos candidatos no podrán optar a la Presidencia de la República.
Una vez pasada la primara vuelta, cada partido político que se ha quedado fuera para la segunda pide a sus votantes que opten por otra opción política. Al parecer todos (bueno, casi todos) lo tienen claro. La opción es
Enmanuel Macron, del partido del centro político. Nadie desea que el gobierno de Francia lo presida Marine Le Pen, ya que representa una opción política que recuerda tristes estampas del pasado europeo. Queda claro que nadie desea que el Frente Nacional se erija como ganador.
Pero me pregunto qué hubiera pasado si las opciones no hubiesen sido Macron y/o Le Pen; si no que fueran Le Pen y/o Mélechon (del Frente de Izquiedas, algo así como Unidos Podemos en España). ¿Para quién pediría el voto el Partido Socialista Francés? Y los Republicanos de Fillon, ¿optarían por que su “nueva candidata” fuera Marine?
Si analizamos la cuestión política gala podemos observar que ha seguido un guión muy parecido a la española. Parecido, no igual. En nuestro país, el bipartidismo PP-PSOE ha quedado de momento “destronado”. Pero en este país nuestro, el partido de la derecha ideológica sigue siendo el partido más votado. Ha perdido la mayoría que le llevó a gobernar de un modo absolutista, mientras que el Partido Socialista, aún siendo el segundo partido más votado, ha perdido una gran parte de su electorado y anda sumido en una crisis interna y ha cosechado unos resultados inimaginables hace sólo unos años.
Aquí no hay segundas vueltas. Pero resulta curioso preguntarse qué harían los demás partidos políticos si las hubiera. ¿Apoyaría Ciudadanos al PP o al PSOE? ¿Apoyaría Unidos Podemos la candidatura del PSOE, llegado el caso? Pero, si la situación fuera que Ciudadanos y Unidos Podemos ganasen la primera vuelta, ¿apoyaría el PSOE a Unidos Podemos o a Ciudadanos? Cuestionar el voto del PP, en este caso, sobra.
La verdad es que esto de la segunda vuelta “retrata” al personal.
Para evitar que estos planteamientos se originen existen “los laboratorios ideológicos”. Que Mélechon puede ser una de las la fuerzas políticas finalistas junto a Marine Le Pen, “se crea la figura” de Macron. Que Unidos Podemos empieza a destacar como opción política, “aparece” la figura de Albert Rivera.
Está claro que la crisis económica y el modo y las maneras de gestionarla han originado movimientos políticos y sociales desconocidos hasta ahora.
Movimientos que intentan atajar a toda costa los que manejan los hilos de todo este tinglado.
Salud.












Roteño | Sábado, 13 de Mayo de 2017 a las 09:32:42 horas
Hombre Rebelderota, ya sabemos que es usted un poco mayor para encabezar la lista de ese Frente Nacional que propone. Pero seguro que podría ir en la lista de ese partido que añora en las municipales.
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