El Jueves Santo concluyó con la normalidad que se esperaba teniendo en cuenta que el tiempo acompañaba desde el principio y es día festivo, lo que ayudó a que hubiera mucho más ambiente acompañando a los titulares de la Hermandad de los Dolores que desde las siete y cuarto, partían de la capilla de la Caridad. Un entorno el de la plaza de Andalucía que estaba lleno de gente, cofrades y turistas, que se mezclaban para ver a la dolorosa al pie de la cruz con su hijo en el regazo.

Nuestra Señora de los Dolores lució vestida de hebrea en esta Semana Santa y pudo completar una estación de penitencia que marcó el ecuador de esta Semana de Pasión en una tarde que se presentó como la antesala de una larga Madrugá a la que cedió el testigo tras su recogida.

Esta cofradía, una de las que mejor tesoro cofradiero posee, destaca por su lucimiento en la calle, principalmente, cuando la banda de música de Nuestro Padre Jesús Nazareno, que la acompaña desde hace 26 años, le dedica la marcha "Campanilleros", una de las piezas con la que la cuadrilla de costaleros guiados por Pedro Merino se luce y arranca el aplauso del respetable que lo agradece. Punto esperado fue un año más, entre otros, su paso por la Cuesta de San Cayetano donde el público esperó pacientemente cogiendo sitio para disfrutar del único paso que procesionó en la tarde de ayer.

Sin novedades, ni estrenos, a excepción de la junta de gobierno que ahora preside Ricardo Bellido como hermano mayor desde el pasado mes de marzo, la Hermandad de los Dolores fue fiel a su estilo y a su forma de marchar agradando al público que arropó a la dolorosa en todo momento.

Durante el recorrido, unos 180 hermanos acompañaron a la Virgen de los Dolores y al Cristo de la Caridad, entre los que se encontraba una buena representación del Grupo Joven, savia nueva que va entrando en la cofradía desde hace algunos años, y mujeres de mantilla de riguroso negro.

El Jueves Santo lució y gustó un año más por las calles de la villa.