Balsa Cirrito
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ROTA EN EL ARTE
Digamos que en las fiestas no queda muy cool largar de Eva Corrales o del mentecato (perdón, estamos en Navidades, quise decir caricato) (pues tampoco lo arreglo mucho) de González Pons, así que seamos buenos. Hablemos de algo diferente, de algo que no irrite a nadie. Por ejemplo, de Rota y de su presencia en el mundo del arte, sobre todo en la literatura y el cine.
Que uno sepa, Rota ha aparecido en pocas películas. Tenemos, en primer lugar, dos cintas folklóricas, dos españoladas, como se las llamaba antaño. Una producción de los años 50 protagonizada por Antonio Molina, El pescador de coplas. La vi en televisión y, la verdad, la cinta resultaba algo mugrienta. Película hecha con cuatro cuartos, en blanco y negro, y pobretona, pobretona incluso para los estándares españoles de la época. Eso sí, se reconocen las calles de nuestra villa como en ninguna otra. También se rodó en Rota, al menos parte de ella, La Lola se va a los puertos, en su versión de 1947, con un reparto en el que destacaba la presencia de la tonadillera Juanita Reina y del quizás más reputado actor español de la época, Manuel Luna. Según la recuerdo, se trataba de una película de un aspecto más pudiente que la anterior. Más llamativa es la roteñidad de Navy Seals del año 1991. Sin llegar a ser una superproducción americana, fue una peli de notable presupuesto, interpretada por una estrella como Charlie Sheen, y una casi estrella como Joanne Whalley-Kilmer, por aquellos años actriz emergente. Por supuesto, la parte de Rota que aparece es la de la Base Naval. El argumento va de terrorismo y de moros malos. No llegó a ser un gran éxito, pero todavía se sigue reponiendo en TV.
Cambiemos de campo. En literatura, encontramos algo más, aunque tampoco demasiado. De entrada, y seguramente es la obra más conocida por los roteños, el excelente relato de Pedro Antonio de Alarcón El libro talonario, sobre cual hace tres o cuatro años se realizó un estimable mediometraje. El gran Benito Pérez Galdós también cita nuestra villa en diversas ocasiones a lo largo de la primera serie de los Episodios Nacionales; en Trafalgar y en Cádiz, aunque son citas bastante intrascendentes. Lo mismo ocurre con algunas que realiza la escritora Fernán Caballero, que menciona nuestro pueblo en varias de sus novelas cortas. De alguna mayor consistencia es la aparición roteña en la novela de Pío Baroja Juan Van Halen, el oficial aventurero, donde se nos describe la entrada del pueblo en la primera mitad del siglo XIX; bien es cierto que se trata de una de las novelas menos conocidas del escritor vasco.
En la época contemporánea – y aparte de la aparición de Rota en La estafeta del viento, novela original del autor de estas líneas – destaca la narración Los aires difíciles, una de las mejores obras de Almudena Grandes y que transcurre en nuestra villa. Aunque con una particularidad: no se menciona el nombre hasta el final del libro. Según parece, la autora no quiso despistar al público haciéndole creer que la historia iba a tener algo que ver con la Base de Rota, que es en lo primero que piensan los foráneos cuando se menciona el nombre de nuestra localidad; para ello, no cita a Rota como tal casi hasta la última página. Tengo entendido que Luisa Álvarez de Toledo, la fallecida duquesa de Medina Sidonia, escribió también una novela sobre nuestro pueblo, relacionada precisamente con la Base Naval, pero reconozco que no le he echado el ojo.
Dejo para el final la que quizás sea la más curiosa de las referencias novelísticas a Rota. Aparece en El jorobado de Lagardere, de Paul Feval, obra francesa del siglo XIX y una de las novelas más populares de aquel siglo en toda Europa. La novela es un folletín despendolado, tan loco que a ratos resulta difícil de seguir. Aunque nos interesa porque no sólo habla de Rota, aunque de forma muy fugaz, sino de la tintilla de Rota, que alaba moderadamente.
En poesía, aparte de algunos excelentes poemas de Felipe Benítez Reyes y, con más frecuencia, de Ángel García López, uno de cuyos libros, incluso, se titula Elegía en Astaroth, podemos hallar algunas referencias poéticas de interés. Así, el poeta de la generación del 27, Gerardo Diego, en su libro El jándalo, dedica un poema a Rota, cortito pero encantador: ¡Qué linda piña de casas! llama Gerardo Diego a Rota. Más famoso, creo, es el poema de Rafael Alberti dedicado a nuestro pueblo, sobre todo por la versión musical que cantara Carlos Cano. Alberti, por cierto, en su libro de memorias, La arboleda perdida, habla de Rota varias veces. Incluso cuenta como la proclamación de la II República le sorprendió en una pensión roteña. Añadamos a esta rápida lista algún poema de Francisco Bejarano, con la playa de La Costilla como marco.
No quiero extenderme mucho pero no me resisto a contar una pequeña anécdota roteña relacionada con el mundo de la música. Corren algunos mitos sobre grandes grupos musicales americanos que en alguna ocasión han acudido a la Base Naval para realizar algún concierto, entre ellos algunos de los más famosos. Puede ser; he oído tantos y tan diferentes nombres que no sé cuál creer. Lo que sí parece cierto es que una de las figuras míticas de la música de los años sesenta, uno de los tres o cuatro nombres mayores de aquella década prodigiosa, pasó por Rota. Hablo del gran Jimi Hendrix. Por lo visto, el genial guitarrista, enrolado en el ejército americano, visitó nuestra localidad, donde por cierto sucedió un hecho fundamental de su vida. Recibiendo entrenamiento militar en la Base, el soldado Hendrix se fastidió una pierna; se la fastidió tanto que lo licenciaron de la marina, teniendo que abandonar las fuerzas armadas, dedicándose a partir de entonces a la guitarra. Con esto, tanto el ejército como la música salieron ganando.
Es posible que se me haya pasado algo por alto, aunque tampoco creo que sea mucho. Admito sugerencias.












Matapelo | Viernes, 14 de Septiembre de 2012 a las 15:41:24 horas
Jimi Hendrix nunca estuvo en Rota.
Tocaba desde pequeño, y se enlistó durante pocos meses en la marina por un problemilla con la ley, así que lo mandaron a kentucky en el 61 y después de declarar mil veces que era homosexual le dieron la baja. En el 62 ya estaba fuera y fué cuando empezó en Tennesse a dar conciertos...
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