Desde que se convocó la manifestación para el día 17 de febrero por parte de los trabajadores del aeropuerto de la Base, he oído en varias ocasiones descalificativos hacia la convocatoria y los propios trabajadores.

“Que si ellos nunca se han manifestado por otras causas, que si son unos enchufados, que si cobran mucho…”.
Todos estos argumentos carecen de valor habitualmente, pero sobre todo cuando lo que está en juego no es únicamente la situación de unos trabajadores concretos.

La situación de los trabajadores del aeropuerto, no incumbe únicamente a los 12 despedidos o a la plantilla en concreto, es una situación que por el contrario nos incumbe a todos los trabajadores en general, autónomos y por cuenta ajena, por los motivos que me dispongo a desarrollar:

•    La pérdida de poder adquisitivo de estos trabajadores, redundará en una disminución de su capacidad de compra, por lo que se verá afectado los comercios de la localidad, si cobras X dinero menos, gastas X dinero menos, ya que el gasto principal de cada familia va dirigida principalmente a satisfacer los gastos de primera necesidad.

•    La pérdida de derechos laborales consolidados, legitima al resto de empresas a llevar a cabo las mismas condiciones a otros trabajadores, que quizás hoy no les afecta, pero les terminará afectando.

•    La pérdida descarada de soberanía nacional, cuando la empresa pretende vulnerar la legislación española.

Yo, que nunca he trabajado en la Base Naval, que me he manifestado en contra de la Base, porque estoy en contra de la política imperialista de Estados Unidos, me manifestaré porque esto es una agresión de esas mismas políticas hacia los trabajadores, porque es una agresión a la soberanía nacional, porque si “tragamos” con esto ¿hasta dónde estarán dispuestos a llegar en pos de su propio beneficio?

Porque la Base, ya que está, tiene que ser un nicho de empleo de la localidad, que el pueblo de Rota tiene que verse recompensado por mantener, la que nos dicen que es, “la mayor base militar de Europa” con una compensación económica justa por la servidumbre militar que soportamos.

Los ecos de esta protesta tienen que llegar hasta el Consejo de Dirección de Louis Berger Aircraft Services y a los mismos oídos del actual “emperador” Mr. Trump, para hacerle saber que ninguna empresa, por muy norteamericana que sea, puede pisotear los derechos de los roteños y roteñas porque no nos vamos a dejar.
Esta no es una cuestión de izquierdas o derechas, es una cuestión de dignidad del pueblo de Rota.
Dejemos, por una vez, nuestras diferencias ideológicas aparte y sumemos brazos por el bien común.

Por eso, os pido, y si hace falta os ruego, que acudáis a la manifestación, hagamos que sea multitudinaria, que sepan que el pueblo de Rota clama con una sola voz, que no nos vamos a dejar pisotear.

Que el grito de “EL PUEBLO UNIDO JAMAS SERÁ VENCIDO” se oiga en los despachos de Washington D.C
Nos vemos el día 17.
Salud.

Manuel Carmona Curtido