Antonio Franco
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LOS ÚLTIMOS DE FILIPINAS
Se han filmado dos películas sobre la gesta del ejército español en 1898, que tuvo lugar en Baler, Filipinas. El contexto histórico donde ocurren los hechos es por todos conocido. En 1898, nuestro país perdía sus últimas colonias en el continente americano, Cuba y Puerto Rico, y también Filipinas. La primera película es de 1945; la última está en estos momentos proyectándose en nuestros cines.
Aunque ambas películas tienen un mismo contexto histórico, no coinciden en el mensaje. Tampoco en el matiz político de ambas, por razones obvias.
En la primera versión, subyace los valores de la España que había vencido en la Guerra Civil y que se encuentra aislada en el contexto internacional debido tanto a la ayuda de la Alemania de Hitler como a la Italia de Mussolini que había recibido el mando golpista. Ni siquiera la “operación de cosmética” de suprimir el saludo fascista por parte de Franco evitó la condena de las potencias aliadas y el ingreso de nuestro país en la ONU.
La película mostraba así el espíritu de resistencia frente al resto del Mundo. Destacar la heroicidad del ejército era el objetivo del film. No se adentraba en las cuestiones políticas de la época en que ocurrieron los acontecimientos.
“Los últimos de Filipinas” de 2016 es muy diferente. Coincide, eso sí, en destacar el valor de un puñado de españoles a la hora de defender un territorio que, para ellos, era parte de España. Pero sólo coincide con la de 1945 en eso. La cinta muestra la diferencia de las dos Españas. Uno se pregunta si los interrogantes y las afirmaciones escritas en su guión, son extrapolables a la realidad actual española.
Apenas una cincuentena de soldados resisten durante un año el asedio de los insurgentes filipinos dentro de los muros de la iglesia de la aldea de Baler. Cuando se convencen de que España perdió la guerra contra los Estados Unidos de América, y que las últimas colonias han sido vendidas por veinte millones de pesetas, hacía ya casi un año, el amor a la patria se cuestiona. Se cuestiona, sobre todo, la actitud de los “patriotas” de golpes en el pecho. Han vendido a España y el ridículo ingreso de esa venta no va a repercutir en las familias de los soldados que han perdido la vida tan lejos de sus casas.
No se cuestiona el valor de la soldadesca, se cuestiona la ineptitud de los gobernantes de la época. También se cuestionan temas como las creencias religiosas y el concepto de patria.
Hay un hecho objetivo: la defensa numantina y el valor. Pero hay otros hechos, también objetivos, que la película de 1945 no muestra e intenta ocultar. Aquella hazaña no dejó de ser el punto final de la consideración de España como potencia en el contexto internacional.
No voy a entrar en consideraciones técnicas, críticas, ni analista de la película, porque no me considero a la altura de ello. Pero les recomiendo que la vean. Si les gusta el cine, estoy convencido que van a disfrutarla.
Salud.












Lawrence de Arabia | Viernes, 23 de Diciembre de 2016 a las 22:41:54 horas
Para don Susto: no todos tenemos tanto tiempo libre para entrenar 24 horas diarias como vuecencia. Si está jarto es su problema, los demás no tenemos culpa de sus carencias, ya sea en tolerancia o en otro apartado. Quien debieran repasar su azotea son los desalmados que excusan unos genocidios, saqueos, esclavismo, crimenes y demás, cometidos por un imperio, con los cometidos por otros. Es de suponer que algún Maestro Liendres pensará que el nazismo tampoco hizo tanto mal, porque anteriormente ya hubo otros como Napoleón que intentaron conquistar Europa. Total, la esclavitud o muerte de unos indigenas, aunque sean seres humanos, bien vale la gloria de un imperio, como el español, que tanto orgullo despierta en algunos patriotas, que lo son tanto, que colocan su patria hasta por delante de los derechos humanos. Nazionalistas.
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