Halloween
De unos años a esta parte la celebración de Halloween, la noche del 31 de octubre, por clara influencia de la cultura norteamericana, se ha ido afianzando como una fiesta divertida en nuestro país. Resulta innecesario extenderse en señalar que en lugares como Rota, donde tan enraizada está la cultura estadounidense en las costumbres del pueblo, Halloween se asume como lo que es, una forma entretenida de familiarizarse con supuestos elementos que históricamente generaban profundos temores en la infancia y un divertimento más, y el comienzo de su celebración es muy anterior al resto de España. O sea, que acumula más experiencia en el tema.
Por ello, a pesar de ser una tradición extranjera, no parece que resulte tan lesiva para la población española. Así que la iglesia ponga el grito en el cielo ante esta diversión no deja de ser más que la típica muestra de intolerancia por su parte a que tienen acostumbrada a nuestra sociedad y un ejemplo más de que la jerarquía muestra tan poca consideración por su grey, con una postura tan belicosa en la que desprecia la capacidad propia del discernimiento de cada uno de sus feligreses. Aunque haya quedado en pura anécdota, la sugerencia de combatir los personajes “terribles” del Halloween con los beatíficos angelitos, vírgenes y santos del Hollywins se presenta cuando menos insubstancial.
Halloween, cuyo origen se encuentra en el mundo celta perdido en hace más de tres mil años en la fiesta del Shamain, donde los ritos tenían un carácter purificador y que honraban a los dioses principales en el momento del inicio del invierno y el final del año (Para este pueblo daba comienzo el 1 de Noviembre), se asociaba con los muertos y con las almas en pena. Hechos similares se repetían en otras culturas antiguas. Otra fecha con un sentido muy relacionado es la Noche de Walpurgis, en la que pueblos de la cultura germánica honraban en la fecha simétrica, la noche del 30 de Abril, el final del invierno y el principio del verano que comenzaba el 1º de Mayo, asociándolo también con temas parecidos de brujas y aquelarres.
De estas celebraciones la Iglesia Cristiana copia la fiesta de Todos los Santos, el 1 de Noviembre, y la de los Fieles Difuntos, al día siguiente. Al igual que ocurre con solsticios y equinocios, en los que se hacen coincidir otra serie de celebraciones significadas dentro del santoral, que no son más que adaptaciones de sus precedentes “paganos”.
Otro tema realmente preocupante , este sí, es la estúpida moda, aprovechando la celebración del Halloween, de descerebrados que escondidos en el disfraz del payaso diabólico, personaje que Stephen King inmortalizó en una de sus mejores obras: “It”, han trascendido del susto a la agresión con casos de extrema gravedad. Utilizar cualquier subterfugio, este del payaso como otro cualquiera, para sacar los más bajos instintos y poner en riesgo a otras personas, no deja de ser execrable y con toda razón debería exigirse la erradicación de estas conductas, con los métodos expeditivos adecuados. La diversión de un sádico no se puede consentir en ningún caso.
Haciendo esta salvedad ¿Qué problemas provoca Halloween?
Manuel García Mata





























Bela Lugosi | Jueves, 12 de Enero de 2017 a las 21:40:17 horas
Ignominioso y ofensivo es que haya individuos, que antepongan un supuesto daño hecho a un edificio, ya sea propiedad de la Iglesia o de la casa real, dá lo mismo, que a lo ocurrido a más de 140.000 personas humanas, victimas del genocidio franquista, y que además esten criticando y boicoteando que se les dé digna sepultura. Eso si que es insultante e indigno.
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