Calle Charco, con Antonio Franco
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INTERESES ELECTORALISTAS
El PP anda más interesado en que Zapatero adelante las elecciones que en intentar aportar soluciones para intentar salir entre todos de esta crisis que los especuladores se han empeñado en seguir manteniendo. Cada cifra económica negativa para los intereses de este país nuestro se convierte en un peldaño más en su camino hacia la Moncloa. Las elecciones quedan todavía un poco lejos y piden en cada comparecencia pública un adelanto electoral. Los sondeos de opinión le dan una diferencia porcentual de votos como para dejarlas pasar. No vaya ser que las noticias económicas empiecen a tornarse mejores. Si algún periodista “malintencionado” le preguntara a Mariano Rajoy que eligiera entre ganar las elecciones o que España saliera de la crisis económica entre todos, le pondría en un aprieto. Aunque ya sabemos que su respuesta nada tendría que ver con lo que piensa realmente. Habría que retroceder unos meses, tan sólo unos meses, para recordar lo que los del Partido Popular decían de Irlanda. Recuerden, la ponían de ejemplo de solvencia y de una presión fiscal mínima, de ahí los resultados económicos tan espectaculares de los irlandeses en comparación con nuestro país. Pues bien, Irlanda es hoy un país que ha tenido que recurrir al rescate económico por parte de la Unión Europea. A cambio tendrá que subir los impuestos en unos parámetros desconocidos para ellos, reducir salarios, disminuir la plantilla de funcionarios en unos veinticinco mil trabajadores públicos, aumentar el IVA, …No he oído a ningún alto cargo del Partido Popular pronunciarse ahora sobre la situación irlandesa. Y si lo han hecho, a mí sentido auditivo no han llegado las ondas.
También por la otra parte los intereses electorales priman por encima de los intereses colectivos. Si retrocedemos al año 2007, cuando la empresa DELPHI decidió cerrar su planta de Puerto Real, todos nos movilizamos para apoyar a los trabajadores de la empresa y contra la pérdida de parte del poco tejido industrial con que contamos por estos lares. Las elecciones estaban “en puerta”. Desde el Gobierno de la Junta se les prometió a todos la recolocación en las mismas condiciones en las que se encontraban en DELPHI. Llegó a plantearse incluso “el contador a cero” para el caso de que pasado el período del cobro de las prestaciones por desempleo, empezarán de nuevo a cobrarlas en las mismas cantidades. Pues bien, pasado el período del cobro de las prestaciones no se podía llevar a cabo lo prometido porque crearía un precedente entre el resto de los trabajadores y sería imposible su mantenimiento económico por parte de la Seguridad Social. Así que se les “recolocó” en cursos de reciclajes mientras se esperaba que la situación económica mejorara. Como en lugar de mejorar la coyuntura ha empeorado o se ha estancado, los recursos se terminan y “donde dije digo, ahora digo diego”. La táctica ahora es lanzar el mensaje de que los extrabajadores de DELPHI son unos parados privilegiados para que pierdan así el apoyo del resto de la sociedad. En 2007 las elecciones eran inminentes y no era cuestión de echarse a una parte de la masa trabajadora en contra. Ahora las elecciones quedan un poco lejos y hay margen para mejorar los resultados que se vaticinan.
Los ejemplos se reparten. Me pasaba hace unos días “El Chati” una noticia aparecida en el diario El Mundo en la que el PP andaluz exigía al Gobierno de la Junta de Andalucía acabar con los “abusos” en las ayudas de vivienda para altos cargos. Pero si repasamos las páginas de otros periódicos ( El País, Público y algunos más) leeremos que estas mismas acusaciones se producen por parte del PSOE en aquellas Comunidades Autónomas donde gobierna el PP. Todo es electoralismo. Lanzan mensajes simples y punzantes para que calen en el electorado. Ven “la paja en el ojo ajeno y no la viga en el propio”. En realidad la ven pero no la publican, claro está.
Como lo que más duele al ciudadano es “el bolsillo”, es en estos temas donde se producen el mayor número intereses electorales. Así por ejemplo, nos encontramos con servicios municipales donde su “precio político” está muy por debajo de su precio real. Algunos llegan a prometer casi “el gratis total” con tal de conseguir un puñado de votos. Después pasa lo que pasa.
Si las “promesas electorales” no llegan a realizarse siempre se buscaran excusas. Prometer es gratis. Todo es cuestión de llevar a cabo las promesas de modo que el personal se lo crea.
Electoralismo, puro electoralismo. ¿Están las siglas políticas por encima del bien general? Todo es cuestión de ponerse a reflexionar sobre el tema.
Salud.
ANTONIO FRANCO GARCIA












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