ENCUENTRO DE AMIGOS

Muy de tarde en tarde, un grupo de amigos solemos reunirnos en torno a un café. Todos coincidimos en que es una costumbre que no debemos dejar que se pierda, a pesar de los avatares de cada uno. Aunque, hay que decir, que algunos prefieren cambiar el café por la cerveza.

Uno de ellos se lamentaba de las críticas recibidas por parte de algunos anónimos. Le aconsejé que no se preocupara en demasía. A las críticas mal intencionadas les ocurren como a los aplausos. Hay un proverbio árabe para esta ocasión que dice: “si te aplauden, nunca presumas hasta saber quién aplaudía”. Del mismo modo, si mi amigo descubriera los soplagaitas que se ocultan tras las críticas sazonadas de “mala leche”, tal vez perdería toda preocupación. También existe un  proverbio árabe para esta ocasión: “la caravana avanza, por eso los perros ladran”. Aforismo parecido encontramos en el Quijote.

Como de consejos iba la tarde, le recordé una expresión que circula por la red, sin saber a ciencia cierta quién es su autora o autor. Así convinimos en que “no hay que vivir dando tantas explicaciones porque nuestros amigos no la necesitan, nuestros enemigos no las entienden y los estúpidos no se las creen”.
Mientras el humeante café esparcía su aroma en la estancia donde nos encontrábamos, alguien se apuntó al tema de la conversación y recordó algo que también había leído en alguna parte. La amiga nos recordó que “nunca hay que tener la cabeza tan alta para que nos la puedan cortar, ni tan baja para que nos la puedan pisar”. Dicho, en sentido metafórico, aclaró. Aunque no hay que olvidar que la Vida, los acontecimientos de la vida, se confeccionan, a veces, al compás de una metáfora.

Nos habíamos introducido en pleno “juego” de pensamientos, así que otra amiga del grupo recordó una sentencia de Eduardo Galeano que dice que “estamos en plena cultura del envase: el contrato de matrimonio importa más que el amor, el funeral más que el muerto, la ropa más que el cuerpo y la misa más que Dios”. Empezamos a añadir frases al pensamiento del escrito uruguayo y alguien apuntó (creo que fue Manolo) que “la apariencia importa más que los valores”.

El encuentro se iba tornando apasionante. Otra amiga recordó al canta autor Xavier Ribalta que dijo en cierta ocasión que “la Revolución, la auténtica Revolución, sólo la puede hacer un Pueblo culto. Esta es la Revolución pendiente. Por eso no interesa la Cultura, porque es peligrosa”.

No se trataba de ningún debate, aquello se había convertido en una especie de “pasa pensamientos”. Aproveché la ocasión para ir anotando todas las máximas que se iban exponiendo. Y así surgió el artículo de esta semana, de una parte de ese  encuentro.

Por supuesto, hablamos de muchos otros temas. Hablamos de Política local, autonómica y nacional. Tratamos de temas personales y colectivos.  Nos acordamos del cambio que está experimentado el clima (por la calor que estábamos soportando).

Y ahí, en ese punto, fue cuando alguien sugirió cambiar el café por la cerveza.
Salud.