Las calles de la villa se mostraron ayer llenas de público, entre cofrades, vecinos y turistas, que quisieron acompañar a Nuestra Señora del Rosario en su salida procesional anual. Como cada 7 de octubre, Rota vivió una jornada de fiesta con su patrona como centro de los cultos y actos religiosos que desde por la mañana a primera hora se celebraron y que culminaron por la tarde con la procesión de la virgen.

Pasadas las seis y media de la tarde, el cortejo partía desde la parroquia de Nuestra Señora de la O y se encontraba con una plaza Bartolomé Pérez y alrededores bastante concurrida, en parte quizás, por la coincidencia en viernes e inicio de fin de semana al que están acompañando buenas temperaturas. El escenario pintaba bien para arropar a la patrona y así ocurrió hasta su recogida pasadas las diez y media de la noche.

Durante cuatro horas y media, Nuestra Señora del Rosario fue el centro de la tarde, no en vano, procesionaba como alcaldesa honoraria de la villa con el bastón de mando del alcalde a sus pies y precedida por un largo cortejo en el que se pudo ver a todas las hermandades de penitencia y gloria de la localidad, además de agrupaciones y asociaciones parroquiales que iban dispuestas por orden de antigüedad. Como es habitual, también las damas del Rosario estaban presentes en este cortejo luciendo la tradicional mantilla española que también llevaban otras devotas, y una buena representación de la Hermandad de Nuestra Señora del Rosario con sus correspondientes insignias.

Guiada por el capataz Manuel García, y al son de los acordes de la banda municipal "Maestro Enrique Galán" que cerraba el cortejo y la Agrupación Musical Nuestra Señora del Rosario Coronada que lo abría, la virgen lució espléndida en su festividad del 7 de octubre. Tras ella, las autoridades civiles y militares además de toda la Corporación municipal que procesionó bajo maza.

Nuestra Señora del Rosario estrenaba para la ocasión especial algunos estrenos como la toca de sobremanto de chantilly del siglo XIX, el encaje de Bruselas que llevaba en el tocado y dos rosarios antiguos restaurados -uno de plata y coral y otro de coral y oro-. Como es habitual en su salida procesional, lucía la saya de la Infanta bordada en seda y pedrería que data de 1850, y el manto bordado que se le realizó cuando fue coronada canónicamente en 2003. Además, lucirá el fajín de obispo que el arzobispo castrense Juan del Río Martín le regaló el día de su coronación, y el báculo pastoral. En el resto del cortejo se podían ver otros estrenos como las vestimentas del cuerpo de acólitos, el incensario y navetas, la cruz parroquial y los dos ciriales que la escoltaban, todo inspirado en los que hay en la parroquia de Nuestra Señora de la O que datan del siglo XVIII.

Los roteños acompañaron una vez más a su patrona como cada 7 de octubre. Aunque normalmente en los últimos años con esta procesión se ponía el broche final a las fiestas patronales, hoy sábado aún queda una cita importante para las damas del Rosario y el exaltador de las fiestas en cuyo honor se celebra la cena homenaje que tendrá lugar esta noche en el pabellón municipal. Será este acto el que cierre definitivamente la programación del Rosario 2016.