Izquierda Unida de Rota ha querido mostrar públicamente su apoyo a la huelga que la comunidad educativa tiene previsto celebrar el próximo 26 de octubre contra el decreto de las reválidas firmado por el gobierno en funciones del PP el pasado mes de julio. Se trata de la primera convocatoria de no asistencia a clases de este curso escolar que prácticamente acaba de empezar.

Según este partido, se trata de un "sistema de pruebas memorísticas segregador, excluyente y competitivo, que expulsará a cientos de miles de jóvenes del sistema educativo sin cualificación, de forma prematura, condenándolos a unas condiciones de completa precariedad en el sistema laboral", de ahí que muestren su oposición, ya que a su juicio, "ni sirven, ni mejoran los resultados escolares".

Izquierda Unida rechaza este tipo de exámenes memorísticos, según manifiesta, porque sólo tienen en cuenta lo que el alumnado hace en el momento de realizarlos, limitando la valoración del progreso del alumnado al rendimiento académico medido en el momento de la prueba, sin contemplar los avances del estudiante a  lo largo de curso, y desperdiciando por tanto, otros elementos cualitativos o circunstancias personales del alumnado, que a juicio de IU, sólo pueden ser valoradas adecuadamente por el profesorado que las conoce y que ha estado presente y acompañado el proceso de aprendizaje.

Además, en su argumento, los izquierdistas aseguran que hay efectos negativos añadidos evidentes con respecto a las evaluaciones estandarizadas como la deslegitimación de la función docente y la desconfianza hacia el profesorado, recurriendo a otros profesionales; la degradación de contenidos: se acaba estudiando lo que se examina y se centra el tiempo y los esfuerzos en preparar pruebas y exámenes; el coste económico por la realización de las múltiples pruebas externas todos los años; y el coste para las familias de quienes suspendan pagando academias privadas para repetir la reválida;  el gran negocio que supone una inversión de millones de euros en pagar estas pruebas a grandes empresas privadas como Pearson, McGraw-Hill y Educational Testing, en lugar de dejar que sean los profesores y profesoras los que se ocupen del aprendizaje de su alumnado.

Con datos, IU defiende su postura entendiendo que "este modelo segregador de exámenes", ahonda en "el modelo excluyente que ha implantado el PP con sus recortes educativos que consagra así la expulsión de cientos de miles de alumnos". Hay que tener en cuenta, según este partido, que la inversión en educación es sólo de un 8% del gasto público total, frente al 11% de media de la mayoría de los países, y que España se sitúa en el puesto  25 de los 35 países de la OCDE, destinando 1.335 euros y 2.670 euros menos por alumno cada año.

En términos de PIB, indica IU, España ha pasado del 5% a sólo el 4,3% (7.000 millones menos) frente a un 6,2% de media europea. El gobierno del PP se ha comprometido con la Troika a que no pase del 3,9% del PIB en 2017. "Que se haya pasado de 53.375 millones de euros en 2009 a 46.000 en 2014, permite visualizar la envergadura del recorte de la inversión educativa en España por parte de los gobiernos del PSOE y del PP en los últimos años. Consecuencia de estas políticas neoliberales de recorte de lo público, pactadas entre PP y PSOE y consagradas con la modificación del artículo 135 de la Constitución, es que la cuarta parte de los jóvenes de 15 a 29 años de nuestro Estado ni está estudiando ni puede trabajar. Lo cual tiene su origen en políticas educativas que, sin recursos y con reválidas excluyentes y segregadoras, potencian el fracaso y abandono escolar de la población joven que más lo necesitaría".

En contraposición, IU defiende que la evaluación sea integral (que analice todos los factores que intervienen) del sistema educativo y que no pierda el carácter formativo (orientada a la mejora). Para este partido, en la educación, y más aún en la obligatoria, la evaluación debe tener una función formativa, de ayuda al aprendizaje. Una carrera constante de obstáculos y superación de pruebas y reválidas al final de cada etapa "es antipedagógica, sancionadora y excluyente". En definitiva, dicen los izquierdistas, "es apostar por un modelo de enseñanza basado en la presión del examen, frente a otro centrado en las necesidades y motivaciones del alumnado. Esta es la apuesta de Izquierda Unida desde un enfoque pedagógico". Por ello, apoyarán la huelga del 26 de octubre.