ASUNTOS QUE PREOCUPAN A LOS ESPAÑOLES

A los españoles la falta de gobierno no parece quitarle el sueño. Al menos, de momento. “La cosa” marcha, como opinan algunos. Se había olvidado un verano anterior tan positivo desde el punto de vista turístico. Las cifras del paro han bajado hasta rozar la alcanzada en el año 2009, temporada donde los efectos de la crisis se dispararon y las medidas al respecto empezaron a hacer mella en los bolsillos de la ciudadanía.  Aunque el empleo que se crea es precario, muy precario.

Hasta el barómetro del Centro de Investigaciones Sociológicas reconoce que el desempleo sigue encabezando la lista de las preocupaciones de los españoles. Según el CIS, a más del setenta y cinco por ciento de los españoles, le preocupa el paro. Sobre todo a nuestros jóvenes. También la corrupción está en los primeros puestos de preocupación ciudadana. En segundo lugar, vamos.

Y lejos de estas preocupaciones, para los españoles la falta de gobierno no provoca insomnio alguno. En un gran titular, la prensa nacional destacaba que es,ta preocupación por la falta de gobierno había aumentado en casi dos puntos. Esto es, si antes menos de un cinco por ciento de españoles encuestados expresaban que su principal problema era la falta de gobierno, ahora es poco más de un seis por ciento. Muy lejos de la preocupación por las cifras del desempleo, de la corrupción y de los problemas de índole económica.

El PP no cuenta con apoyos suficiente. Ni siquiera entre los que defienden su misma línea ideológica. Ignoro si la culpa es del Sr. Rajoy. Se puede deber a que, en la décima legislatura, el PP “abusó” de su mayoría absoluta. No permitió  que “nadie le tosiera”, ni siquiera la calle. Practicaron el rodillo parlamentario. Ahora nadie quiere ser “compañero de viaje”, ni “lazarillo” ni “báculo” donde pueda apoyarse. Bueno, no todos. Ya los de Ciudadanos, apelando a responsabilidades y sentido de Estado (dicen ellos y Felipe González), le han asegurado el apoyo en la sesión de investidura. Pero los partidos políticos de las derechas vascas y catalanas se niegan. Insuficiente matemáticamente. Sólo le queda la abstención del PSOE.

Si la décimo segunda legislatura no echa a andar, a lo mejor la preocupación de los españoles en este sentido aumenta. Quién lo sabe. O tal vez, estemos amenazados por la espiral del desencanto político y la abstención en una posible “llamada” a las urnas crezca hasta alcanzar cifras preocupantes.

Quién sabe si  la próxima encuesta del CIS  desvele que la preocupación por la falta de gobierno sea mayor que la preocupación por la corrupción política entre los españoles. Al fin y al cabo, casi ocho millones de españoles dieron su apoyo el 26 de junio al primer  partido político imputado en la democracia.

Si no hay gobierno, no puede haber presupuestos. Esta posibilidad parece que no se había contemplado nunca. Ni siquiera en el articulado de la Constitución. En un sistema diseñado para la alternancia política, la ruptura del bipartidismo ha venido a romper viejos esquemas decimonónico. Se ha pasado de la imposición al pacto, del rodillo al diálogo, de la prepotencia a la humildad.
Al menos, eso es algo positivo, ¿no creen?
Salud.