Antonio Franco
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¿POR QUÉ TE ENFADAS?
Hace poco leí un artículo de Psicología que trataba sobre la ira. A medida que me introducía en su lectura me llegaba a la mente imágenes y recuerdos de ciertos comportamientos de políticos/as, que encajan perfectamente con el contenido de aquel ensayo.
Decía el texto que “la ira es vergonzosa porque no está orgullosa de sí misma. Sabe que no es valorada por la sociedad, ya que la encuentra fea, muy fea. Pero ella (la ira) se hace pasar a veces por el brillo de la ironía inteligente, por el peso de la autoridad, por la dulzura de la hipocresía, por la rectitud de un hombre severo, por el amor protector de un celoso, por la justicia de un rencoroso o por el humor de un bromista mordaz”.
¿No encajan estas manifestaciones de la ira con algún político/a? ¿No les suena?
También es verdad que algunos psicólogos ven en la ira una respuesta cerebral de atacar o de huir de una amenaza. Es como un patrón de comportamiento diseñado para defenderse de agresores. En este sentido, le dan a la ira un valor funcional para vivir. Es lo que se considera como una “ira repentina”.
Continuaba diciendo el artículo en cuestión que el airado piensa que son los demás los que le hacen enfadar. Considera que sus conceptos de verdad, justicia en equidad, deben ser compartidos por todos, olvidando que los otros tienen su propia visión de la justicia y de la moralidad. Entiende que sus rabietas van a enseñar a sus semejantes. Y no toleran la crítica. De todas formas, no hay que confundir la ira con la agresión física o verbal
¿Van ya identificando a algún político/a conocido/a con estas referencias?
Según la psicología la ira puede tener su origen en el estrés, combinando esta situación con pensamientos que la activan. Los pensamientos que activan la ira son, principalmente, la culpabilización y los “deberías”. Es decir, si algo sale mal, la culpa es de los demás que “deberían” haber actuado de otra forma.
Reconocer que el responsable de la explosión de ira es uno mismo y dejar de culpar a los demás es el mejor modo de corregirla, ya que, semejante comportamiento repetitivo afecta a la propia salud. El que siempre se enfada tiene trastornos digestivos, sufre de hipertensión y tiene frecuentes dolores de cabeza, entre otros síntomas, ya que la irritación aumenta el ritmo cardíaco y la presión sanguínea.
¡Seguro que ya han identificado a alguien, político o no, con estos síntomas!
No perder la compostura, mantener la calma y la mesura en todo momento, puede ser en antídoto frente al resentimiento y la irratibilidad. Algo complicado de conseguir según qué situaciones. Tampoco resulta malo del todo enfadarse alguna que otra vez. Sobre todo si te tocan mucho... la moral.
Salud












Sor Tija de Oro | Viernes, 29 de Julio de 2016 a las 22:55:53 horas
Hay tantas cosas que ud se imagina y que solo ocurren en su mente y que luego desembucha en forma de calumnias, trolas y difamaciones que ya no nos sorprende a nadie. Lo de dejarse llevar por el odio, llegando a inventar cuentos para calumniar y difamar a las personas o grupos que se aborrece de forma enfermiza, creo que me suena, cada vez que le leo un comentario me lo recuerda. OIga, eso de imponer ideas, de mantener callados a los demás y que su opinión sea la unica legal, ¿no es lo que hizo el dictador con el apoyo de su AlfalFalange? Es curioso como nos puede traicionar el subconsciente, sobre todo a ud.
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