ROTA A LA VANGUARDIA DEL MUNDO



       

Tienen el corazón de oro de tan buenos que son. Creo que a partir de ahora los llamaremos Roteños de Calcuta o, en su defecto, Teresos Unidos. Efectivamente, amigos. Porque tal exhibición de generosidad sólo podemos compararla con la que ofrecía la Madre Teresa. Sí, señoras y señores; cuánta grandeza, cuánta magnanimidad, cuánto altruismo hemos contemplado en estos días. Ahí es nada; como quien no quiere la cosa, vemos que un partido de diez concejales, por pura bondad y filantropía, le dona una alcaldía a un partido que tiene cuatro y que además tampoco tiene otro sitio donde ir. ¿He dicho la Madre Teresa? Pues lo mismo me estoy quedando corto, porque, al fin y al cabo, la Madre Teresa ayudaba a los más desfavorecidos, que como eran muy pobres, con un trozo de queso y una torta de Inés Rosales se quedaban más felices que la puñeta. Pero Teresos Unidos, perdón Roteños Unidos, ayuda a gente que, por favor, o sea, no son precisamente unos muertos de hambre, con lo que hay que darles más, y la dádiva tiene más mérito.

¡Qué suerte tenemos en Rota y qué afortunados somos en este pueblo con tales dirigentes! Ya me imagino la envidia de los malditos chipioneros, que es tan grande y tan corrosiva que tratan de arrebatarnos a Antonio Peña. ¡Si sabremos hacer concejales los roteños! Porque, como nuestros ilustres gobernantes con mucha pertinencia se han encargado de señalar, una operación tan poco vista como ésta se realiza “por el bien de Rota”. Sí señor, por el bien de Rota. Y quien diga lo contrario miente. ¿O acaso no se le ocurren a cualquiera decenas, tal vez cientos de ventajas con la actual alcaldesa?
Por ejemplo…
Ah, sí. Por ejemplo, contribuye a que Rota aparezca en los libros de records con letras mayores. ¿Que no? ¡Qué ignorantes! La primera vez que Lorenzo llegó al Gran Sillón, nos situamos como el pueblo con el alcalde menos votado de toda de Andalucía. Ahí queda eso. Con dos cojones, al estilo roteño. Pero ahora hemos conseguido superar esa marca. Con Eva tenemos al alcalde – a la alcaldesa – menos votada ¡de toda España! Sí señor, de toda España. ¡España! ¡España! ¡España! Motivos hay para que se nos salten las lágrimas de alegría, y hay que tener un corazón más duro que el pedernal para no emocionarse con estos logros de nuestros atletas, digo de nuestros políticos.

Se me agotan las palabras, pero oso añadir algunas. Como ciudadano me atrevo – humildemente – a realizar una sugerencia a nuestros egregios gobernantes, a nuestros ilustres jerarcas, a nuestros ebúrneos mandamases para las próximas elecciones municipales. Tengamos en el futuro al alcalde menos votado no ya de Andalucía o de España, que eso ya es nada para nosotros, sino ¡de toda Europa! Y para las que vengan después, vayamos aún más lejos, mucho más, que por algo los roteños, como demuestra la figura de Bartolomé Pérez, somos la avanzadilla del mundo. Nombremos alcalde a alguien que no se haya presentado a las elecciones. Dejaremos al planeta boquiabierto, y el nombre de Rota figurará con letras de oro en el libro de la democracia. Orgánica.