Antonio Franco
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LA TRAGEDIA REPETIDA
“En España, a la conclusión de la guerra civil, centenares de miles de españoles, hombres, mujeres, ancianos y niños fueron víctimas de la intolerancia, sufrieron la triste tragedia del exilio...”
“Todo el que ha de abandonar su país forzosamente sabe que allí donde es acogido genera pronto, pasado el primer momento de compasión y solidaridad por su penosa situación, un sentimiento de rechazo o desconfianza...”
“Su vida se llenará de nostalgias y recuerdos, deseando siempre regresar a su patria y naufragando en el puerto de su sueño con el desengaño de no poder realizarlo, sobreviviendo gracias al amargo pan del exilio”.
( De la obra de Julio Martín Casas y Pedro Carvajal Urquijo, “El exilio español, 1936-1978”).
Centenares de miles de personas han llegado, y llamado, a las “mismas puertas” de entrada a la Unión Europea huyendo de las guerras, la explotación y el hambre. Se está produciendo el mayor movimiento de población desde la Segunda Guerra Mundial, ante la pasividad de las autoridades europeas que no han puesto en marcha medidas para facilitar la llegada segura y la correcta acogida de personas.
Europa ha cerrado sus fronteras. Los planes de readmisión han fracasado, poniendo en peligro la vida de las personas migrantes y refugiadas. Tras el tiempo transcurrido, España sólo ha acogido a 18 personas, de las 17.000 refugiadas a las que se comprometió. El espacio europeo de libre circulación se ha desmoronado y los discursos xenófobos aumentan en toda la Unión Europea. Las autoridades europeas han perdido la vergüenza. Las imágenes de la situación de las familias emigrantes en los campos que les han habilitado pone en entredicho el “ideal europeo” de democracia al dejar en papel mojado los derechos humanos.
La Unión Europea ha llegado a un acuerdo con Turquía que supone una pata más del inhumano modelo confeccionado, que no garantiza de ninguna manera la llegada segura y el cumplimiento de los derechos de las personas que se ven obligadas a abandonar sus hogares; al contrario, las pone en mayor riesgo.
No se habilitan vías de acceso legales y seguras que impidan que miles de personas se jueguen la vida en el Mediterráneo y el Egeo.
“Cuando finalizó la guerra española, los civiles y militares que huyeron por la frontera de Francia no fueron tratados como refugiados, sino como prisioneros, encerrados en campos de concentración inhumanos...”
“En los campos de refugiados se carecía de los mínimos elementos para sobrevivir”.
(De la obra de Julio Martín Casas y pedro Carvajal Urquijo, “El exilio español, 1936-1978”).
¡Qué lejos quedan las palabras de los textos entrecomillados!
¡Qué frágil la Memoria colectiva! ¡Qué necesario se hace un replanteamiento de los valores perdidos! La memoria histórica, ¡ay, la memoria histórica!
Salud.












Henry Huxley | Sábado, 02 de Abril de 2016 a las 13:34:01 horas
Algunos fan(atico)s de la dictadura, o quizàs mejor definidos secuaces, en su añoranza de aquella epoca y para ellos su "forma gloriosa de escribir la historia", con corrupciòn, torturas, recortes de libertades y asesinatos de ciudadanos, no contemplan la figura de la JUSTICIA. Y cuando ven su sombra planear sobre sus cabezas enseguida tratan de menospreciarla, llamandola revancha o similares. Eso que algunos villanos definen como "detritus" son los restos de personas humanas victimas inocentes de criminales sin escrupulos, a los que muchos indeseables aùn hoy defienden.
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