¿QUÉ ES SER FASCISTA? ABANDONAD CUALQUIER ESPERANZA

La facilidad con la que se utiliza la palabra fascista - evidentemente como insulto - sólo es comparable con la vaguedad de su significado. Desde luego, en su sentido original, no hay nadie a quien se pueda llamar fascista hoy día, es decir, "persona perteneciente al Partido Fascista Italiano de Mussolini". O sea, que llamar fascista a alguien, en principio, no tiene razón de ser. Sin embargo, lo cierto es que la gente se sigue descalificando llamándose de esa forma, luego parece evidente que algo tiene que significar la palabra.
    

En mi opinión - modesta opinión - fascista hace referencia a tres cuestiones. Primera, fascista es quien desprecia absolutamente las ideas de los demás, y que sólo considera válidas las suyas. Segunda cosa, fascista es quien práctica o, al menos, justifica la violencia con fines políticos. Tercera, fascista es quien, una vez en el poder, gobierna de forma autoritaria.
    

Juro por las memorias de John Lennon y George Harrison juntos que todas las semanas me digo que no voy a volver a hablar de Podemos, pero, maldita sea, no puedo evitarlo, y caigo en el pecado una y otra vez, como si fuera un concejal de urbanismo. Y es que me doy cuenta de que si aplicamos mi definición de fascista al partido de Iglesias, estaría no muy lejano a completar el hat trick. Nunca, en toda mi vida, he visto a ningún grupo político en un país democrático que muestre tanto desprecio por las opiniones ajenas como Podemos. Para los podemitas, toda opinión diferente a las de su ideario (cualquiera que sea ese ideario, pues cambia a menudo) es una opinión no sólo equivocada sino casi delictiva. Prácticamente en todas las ocasiones en las que he discutido con un podemoso en algún foro de internet he terminado lleno de insultos y, sobre todo, acusado de cómplice de la corrupción (!!!!) (el hecho de que Podemos practique el nepotismo con una furia que va camino de legendaria, no parece hacer mella a sus ¿argumentos?). Podemos no es que sea pensamiento único, es que es pensamiento único y angosto, estrecho como el hilo de coser.
    

El segundo punto es la justificación de la violencia como instrumento político. Evidentemente, ahora no es así, pero en sus inicios como líder, Iglesias justificaba a los del movimiento del 15m en cualquier actuación violenta que acometieran (por no mencionar algunos vídeos que corren por youtube, dicen los podemitas que malinterpretados, en los que vemos que Pablo Iglesias hace lisa y llanamente alabanza de los cócteles molotov). Pero por si no fuera bastante, sus elogios hacia alguien como Otegi, un individuo condenado por complicidad con una banda que asesinó a policías, a militares, a jueces, a militantes del PP, del PSOE, e IU y, por supuesto, a ciudadanos comunes, lo convierte en alguien que justifica la violencia como instrumento político. (De paso decir que me parece execrable -por no utilizar otra palabra- que un tipo que se lleva todo el día recordando a los fallecidos de una Guerra Civil de hace 80 años y compadeciendo a sus familiares, tenga en cambio tan poca empatía con las familias de los muertos por una banda terrorista de hace diez o doce años. O sea mucha pena por los que lloran a sus bisabuelos y tatarabuelos, y muy poca por los que lloran a padres, hermanos o hijos).
    

El tercer aspecto para considerar a alguien fascista, según la definición que hemos propuesto, claro está, no hemos podido comprobarlo, porque los chicos no han llegado al poder; aunque de gente que mira con tanto cariño a Irán y a Venezuela, podemos temernos lo peor.
    

Todo esto, y es lo que ha provocado mi irritación, viene a cuento de la postura de Podemos en el debate de investidura de Pedro Sánchez. Nunca he visto una actitud tan perdonavidas y tan despectiva con los rivales políticos. A alguien que se crea en tal medida en posesión de la verdad como a Pablo Iglesias. A un partido político tan peligroso como Podemos ¿De dónde han salido esta gente, santo Dios? ¿Proceden de alguna mutación genética de laboratorio cubano? ¿Son extraterrestres venidos a la Tierra para desconcertar a los nativos? Los escuchas tirar por tierra la mayor parte del trabajo realizado desde 1977 para acá y dan ganas de darles una azotaina, no por el azote, sino por lo infantiles que son. ¿Dónde puñetas se creen esta gente que estaba España en 1977? ¿Creen que éramos una provincia de Eldorado? ¿Que éramos un cantón perdido de Suiza? Toda esa mierda que lanzan sobre eso que llaman de manera ridícula y con la simplicidad que les permiten sus monocordes mentes, todo eso que llaman PPSOE, ¿qué se creen que ha sido? Pues sencillamente la etapa más próspera de toda la jodida historia de España, especialmente si la prolongamos sólo hasta 2008, que fue cuando nos cogió, con el ímpetu de un Miura, la malhadada crisis. Y no me vale que digan que todas las naciones han prosperado por igual. En 1977 España estaba al nivel de muchos países latinoamericanos. Ahora, el más cercano, Argentina, tiene una renta que es la mitad de la española, el resto, tres, cuatro, cinco, seis veces menor. Entonces mirábamos a Italia como un país superdesarrollado en comparación con el nuestro. Ahora estamos exactamente a la misma altura según el parámetro 100 de la UE. Portugal o Grecia eran nuestros iguales, ahora los superamos ampliamente. En toda Europa (no estoy seguro si con la excepción de Irlanda), España es el país que más ha prosperado durante este periodo. Esa es la mierda que según Podemos han traído PSOE y PP a España. Afirmación que, además, resulta asquerosamente injusta, porque en esa "mierda" han colaborado también, por cierto, UCD, PCE, IU y muchos partidos autonómicos. ¿Cómo narices se creen estos cantamañanas que se ha conseguido eso? ¿Haciendo escraches? ¿Sermoneando a diestro y a siniestro? ¿Disfrazando a los Reyes Magos de vedettes del teatro de Manolita Chen? Pues no, se ha conseguido con el esfuerzo de un par de generaciones, entre ellas, la mía. Pero, ¿y qué me dicen de ese odio que segregan los podemosos por cada poro? Desde los tiempos de Fuerza Nueva, el partido ultraderechista de Blas Piñar, no veía tantas dosis de rencor propagado por una formación política. Podemos tiene necesidad no de rivales, sino de enemigos. Tiene la exigencia imperiosa de enemigos irreconciliables, de enemigos mortales. ¿Se puede consolidar una sociedad pacífica y tolerante con semejantes especímenes? Difícilmente.
    

Hablaba antes de la investidura. Si el tratamiento de Iglesias a Sánchez ha sido lamentable, la manera de dirigirse al líder de Ciudadanos sólo puede calificarse de infame. El único motivo por el que Albert Rivera se ha ganado las descalificaciones del iluminado Iglesias ha sido que Rivera no es de Extrema Izquierda. Según el código de Iglesias, todo el que no pertenezca a su tribu no merece respeto. Porque, digo, ni siquiera se trata de ideología, sino sencilla y crudamente de clanes primitivos. Así vemos que las humillaciones a las que sometió a IU antes de las elecciones tampoco tienen parangón. Y siempre con esa chulería de perdonavidas, de matones de taberna que los caracteriza.
    

¿Y esta gente nos quiere sacar del pozo? ¿Cómo? ¿Con la ayuda de la bolsa de Doraemon? ¿Esperan tal vez que si ellos gobernaran a alguien se le ocurriría invertir en España? ¿Creen que con un gobierno presidido por Iglesias habría algún extranjero lo suficientemente chalado como para meter dinero en nuestro país? ¿Cómo van a crear riqueza? ¿Encontrarán petróleo como en Venezuela? Creo, además, que en Podemos no tienen ni idea (vamos a decirlo claro, ni puta idea) de quiénes son sus votantes. La mayoría de los votantes de Podemos no comulga con sus ideas. Son gente a los que la crisis ha maltratado terriblemente y que se agarran a lo que sea. Pero con Podemos no es que vayamos a seguir estando mal. Es que un gobierno de Podemos haría que a la entrada de España se colocara el mismo cartel que en el del infierno de Dante: Lasciate ogni speranza, "abandonad cualquier esperanza". Porque no sería ya que estuviésemos mal o regular, sería saber que nunca íbamos a salir del charco, que tuviéramos claro que debíamos perder cualquier esperanza de mejorar para toda la eternidad.
  

La filosofía de Podemos es cuanto peor, mejor. Si no, observen con la delectación, con la alegría, con el gozo con que hablan de cifras de parados, de desahucios o de pobreza. Cada vez que citan una estadística desfavorable para el país, los podemitas disfrutan intensamente, sobre todo porque les permite poner la misma cara que el Che Guevara en la famosa foto de Korda. Nada haría más desgraciados a los jefazos de Podemos que el que la situación económica española mejorase. Si las cifras de paro bajasen drásticamente durante los próximos meses, Iglesias sufriría una grave depresión.
  

Les tengo miedo. Y creo que como yo mucha gente. Y ya va siendo hora de que la mayoría desgraciadamente silenciosa, la que no comulga con ese esquema de odio y payasadas, comience a dejar de ser tan silenciosa y empiece a plantarles cara, a hacerse oír con fuerza, a no dejar que por miedo se apoderen estos bandurrias de los medios de comunicación o de los foros de internet. Pero que sea gente de todas las ideologías. De izquierda, derecha, centro, de chicha y de limoná.  Si no lo vamos a pagar muy caro.

PD. Después de escribir estas líneas, he oído a Iglesias en la sesión del Congreso en la que ha tratado de comportarse como un personaje de El club de la comedia. Reconozco que ha estado gracioso, muy divertido, con buenas dosis de legítimo ingenio; y lo digo sin ironía. Sin embargo, me confirma cuál es la única ideología de Iglesias. El protagonismo. Estoy seguro de que prefiere no tener un Óscar a que se lo den como mejor actor secundario.