INDUMENTARIAS, PEINADOS Y OTRAS CUESTIONES

Los axiomas de toda la vida, algunos de una buena parte de nuestras vidas, de repente se están viniendo abajo. En la vista oral del caso Nóos, la abogada del Estado, la que defiende (¿o no?) los intereses de la Agencia Tributaria, dijo que eso de que “Hacienda somos todos” es sólo un eslogan publicitario. Lo que traducido resulta que no todos somos iguales ante la Ley, al menos, en esto de dar cuenta ante la Hacienda Pública (¿o no?). O sea, el mensaje se tiene que transformar por “Hacienda somos la inmensa mayoría, excepto....”.

No un axioma, pero sí una campaña a favor de la lactancia infantil, se ha puesto en entredicho por algunos diputados (y diputadas, que es peor) por la aparición de la diputada de Podemos, Carolina Bescansa, con su bebé en el Congreso de los Diputados. Alguna diputada ha recordando que existe una guardería en el recinto del Congreso para estos menesteres (dar de mamar el bebé y dejarlo en la susodicha guardería), mientras que otros y otras han recordado la idea de la conciliación familiar y la igualdad en el reparto de las tareas entre padres y madres, para sugerir la idea de que el bebé de la señora diputada podría bien quedarse con el padre. El problema es que los padres no pueden amamantar a sus bebés (¿o sí?).
Por cierto, la noticia del bebé de la diputada Bescansa ha tenido más atención por parte de los medios de comunicación que la vista oral del caso Nóos. Curioso (¿o no?).

Otra noticia que acaparó buena parte de los reportajes periodísticos en las pasadas fiestas navideñas ha sido la indumentaria de los Reyes Magos en la cabalgata de Madrid. Se ha comentado más incluso que la sesión del juicio por el caso de la tragedia del Madrid Arena, donde cinco chicas fallecieron tras ser aplastadas por la multitud hace más de tres años. Cuestión de prioridades. Juzguen ustedes.

En cuánto a las rastas del diputado de Podemos, Alberto Rodríguez, poco que comentar a lo mucho que se ha comentado. También ha acaparado más atención que lo que la sesión del Congreso trataba ese día. Queda claro que la indumentaria no garantiza nada. Tanto es así, que los protagonistas de los grandes casos de corrupción de este país nuestro suelen usar peinados clásicos (aunque algunos luzcan relucientes calvas), van vestidos de traje de chaqueta con camisas planchadas de diez y corbatas a juego. Semejante atuendo no les exime de ser unos golfos.
La indumentaria no garantiza nada en ningún sentido. La diputada del PP, Celia Villalobos, reconocía que algún  sobrino suyo lleva rastas. Eso sí, no dijo que el aludido sobrino votara al PP, aunque es de suponer que así sea. Así que: ¡fuera ideas encasilladas! “El hábito no hace al monje”, que es lo mismo que repetir lo anteriormente mencionado, que la indumentaria no garantiza nada.
Salud.