NO ES LO MISMO

En Etiopía vuelve a aparecer la terrible negra figura de la hambruna. La falta de lluvias que sufre el país africano está provocando decenas de muertos cada día, en su mayoría niños. No es noticia de portada en los periódicos de tirada nacional ni en los distintos informativos de las diferentes cadenas de televisión. En Etiopía no se plantean, como aquí nos planteamos, que el consumo de transgénicos sea malo para la salud. Bastante tienen con lo que tienen. O mejor dicho, con lo que no tienen. No es lo mismo, no es, no puede ser, su debate. Lo de los alimentos transgénicos, digo.

El pasado 3 de octubre, un avión estadounidense bombardeó un hospital que la ONG “Médicos sin Fronteras” tenía instalado en Kunduz (Afganistan) cuando estaba lleno de pacientes y personal sanitario. Murieron treinta personas entre personal sanitario de  “Médicos sin Fronteras” y pacientes, y otras treinta y siete personas resultaron heridas. En ningún país de la Unión Europea, ni del otro lado del Atlántico, se guardó un minuto de silencio ni se decretó algún día de luto por lo ocurrido. No es lo mismo. No parece que sean “nuestras víctimas”.  Nos pilla muy lejos el drama. Si es que se ha planteado, si quiera, que esta acción sea considerada como un drama.

Las cifras del paro van disminuyendo conforme nos acercamos a las elecciones generales del 20 de diciembre. Ésta debería ser una buena noticia si no fuese porque la disminución del número de parados no se corresponde de manera directamente proporcional con el número de familias que se encuentran dentro del umbral de la pobreza en este país nuestro. No es lo mismo. Encontrar un empleo no significa una salida de la exclusión social. Para el sistema, el número de parados es sólo una cifra que hay disminuir, porque es negativa para el propio sistema. De la exclusión social ya se encargarán las Organizaciones no Gubernamentales y las Asociaciones de Ayuda Mutua. Los Poderes Públicos aliviarán sus conciencias con ayudas, a todas luces insuficientes, a estas asociaciones.

El PSOE y el PP modificaron el artículo 135 de la Constitución, una noche de verano. No hubo un  debate parlamentario profundo, ni consulta a la ciudadanía para modificar un artículo que iba, y tiene, una transcendencia tan importante en nuestra vida diaria. El artículo quedó expresado así: “Todas las Administraciones Públicas adecuarán sus actuaciones al principio de estabilidad presupuestaria”. Traducido viene a decir que las deudas financieras de las Administraciones Públicas están por encima de cualquier otra medida. Lo primero que hay que hacer es pagar las deudas que se tengan con los bancos, aunque tus vecinos necesiten que les eche una mano. No es lo mismo la redacción de este artículo con la de este otro: “Toda la riqueza del país, sea quien fuere su dueño, está subordinada a los intereses de la Economía Nacional y afecta al sostenimiento de las Cargas Públicas”. Esto expresaba el artículo 44 de la Constitución de la II República española. No es de extrañar que los poderes fácticos de aquel momento histórico propiciaran un golpe de Estado.
Salud.