Balsa Cirrito
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¿ALLEZ LA FRANCE?
Rajoy, con esa gracia que tiene el tío, ha dicho que España sustituirá a Francia en algunos cometidos que desempeñan las tropas francesas en África. El objetivo, nos dice, es liberar a cierto número de soldados franceses para que puedan guerrear más a gusto no sabemos muy bien dónde. Pues no, Mariano, no; no creo que sea una buena idea.
No soy uno de esos españoles galófobos que tanto abundan (en realidad, abundan sólo un poco más que los franceses hispanófobos), pero esta pelota no es exactamente nuestra, Mariano, te lo juro. Nos ponemos a pensar, y una de las tradiciones francesas más arraigadas es la de no echar una mano a España en el momento en que nos hace falta. No me voy a remontar a la posguerra española, cuando encerraron en campos de concentración a los refugiados republicanos que huían de la dictadura de Franco, con un trato no muy diferente al que los alemanes aplicaban a sus enemigos en Dachau o Buchenwald. Vale con que nos remontemos a tiempos más recientes. Por ejemplo al 2002. En el conflicto de la isla de Perejil, los franceses – tan amigos nuestros – se mostraron escandalosamente partidarios de los marroquíes, pese que los dos países, España y Francia, fuéramos dobles aliados, en la Unión Europea y en la OTAN (no sé qué habrían hecho entonces si no fuéramos tan amigos); el presidente francés del momento, Jacques Chirac, no sólo pidió que España cediera Perejil a Marruecos, sino que aconsejó (sin que nadie le hubiera pedido ese consejo), que España entregara también al reino alauita las ciudades de Ceuta y Melilla, no se fueran a cabrear los marroquíes. Cómo sería la cosa, que el representante de los nacionalistas catalanes intervino en el Congreso, bastante enfadado, para denunciar la actitud francesa contra España, e incluso los daneses, gente fría y pacífica, recriminaron a los frenchies su actitud con nosotros que rozaba el recochineo.
Hace dos semanas, en los prolegómenos del clásico Madrid-Barça, se interpretó el himno francés en el Bernabeu. Allons enfants…etcétera, etcétera. Cuando los atentados del 11M en Madrid, donde murió bastante más gente que en la discoteca Bataclan, no recuerdo yo que en los estadios franceses se interpretara el himno español; ni siquiera, el Viva España, que también nos hubiera valido como consuelo, y aunque es verdad que lo máximo que pueden ofrecer los franceses en ese campo sea un PSG-Olympique de Lyon, habría estado bonito. A decir verdad, aunque puede que la memoria me traicione, los únicos recintos deportivos donde me viene a la cabeza que se homenajeara a las víctimas de Madrid, fueron los de la NBA, que manda narices.
No sé. El escritor Fernando Sánchez Dragó, en su famosa Gárgoris y Habidis. Historia mágica de España, sostenía la tesis – reconozco que algo exagerada – de que todos los males de España provenían de Francia y de Roma (esto último, por la Iglesia y el papado). Dragó, como acostumbra, se pasó un poco, pero un puntito de razón, tampoco se la quito. De Francia nos han llegado muchos males, lo que pasa es que los franceses para el autobombo son unos maestros, y a menudo parece que no, que no son tan malos. Un poner. Seguramente, el conquistador más detestable, fatuo y destructor de naciones de toda la historia europea, después del campeón (que ese puesto no se lo quita nadie a Adolfo Hitler), ha sido Napoleón Bonaparte. Pues bien, los franceses han tenido la habilidad de que la historia lo considere un gran gobernante, y ellos le rinden homenaje por toda Francia en multitud de monumentos y recuerdos: aquí, por lo que se ve, no hay memoria histórica que valga.
Los franceses, y en este apartado no hay más remedio que llamarlos los gabachos; pues los gabachos, digo, provocaron el hecho más negativo y pernicioso de nuestra historia, que fue la invasión de 1808, fuente infinita de males para nosotros en los años sucesivos y cuyos efectos, se podría decir, seguimos padeciendo, incluso en nuestros días. Qué jodíos. Platini siempre trataba de fastidiar a los equipos españoles, y a Contador muy a menudo lo abuchean en París. Ahora quieren que les ayudemos a sacar las castañas del fuego, que si bien es verdad que se trata de un fuego que casi tira a incendio forestal y que habrá que apagar tarde o temprano, yo diría que, de momento, más vale esperar a ver quien saca la manguera. Total, al final no nos lo van a agradecer, y por mucho que hagamos, terminarán silbando a Rafa Nadal si gana Roland Garros. O sea, nuestros amigos los frenchies.












Marta para Asterix Iurisconsultos | Miércoles, 09 de Diciembre de 2015 a las 01:44:28 horas
¿Yo calumniando?
¿sabe qué es una calumnia? La imputación falsa de un delito de los que dan lugar a procedimiento de oficio.
¿Me dice qué delito le he imputado?
Hoy he flipado con usted, en el artículo del día de la Constitución valorando la CE1978 y ahora aplicando el Cödigo Penal (erróneamente, claro)
La gente que no tiene formación jurídica no debería osar a hacer estas valoraciones (de la misma forma que yo no debo arreglarle el termo a mi vecina, ni instalar una toma de corriente, ni dar clases particulares de química..porque npi tengo)
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