Calle Charco, con Antonio Franco
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DESCUBRIMIENTO TARDÍO
Viendo la imagen del todavía Alcalde, Lorenzo Sánchez, mostrando el mapa que delimita el territorio de Rota afecto a Defensa, se me ocurren varias cuestiones. He dicho el todavía Alcalde porque a la hora de escribir este artículo sigue siéndolo de facto, aunque cuando estas líneas salgan a la luz, tal vez, “habemus al-qadí”, si es que resulta correcta la expresión de mezclar latín con árabe.
Se me ocurre recurrir a la expresión “a buenas horas, mangas verdes”. Después de más de medio siglo de implantación de la Base Naval, hasta ahora no han descubierto nuestros políticos la servidumbre militar que padecemos. Todavía no se han enterado de que antes de llevar a Pleno Municipal asuntos que tengan que ver con nuestro desarrollo tiene que asegurarse, antes que nada, que se pueden llevar a cabo y que no afectan para nada a Defensa.
Otra cuestión que me asalta es la de si en caso de que el PP ganara las próximas elecciones al Congreso de los Diputados, el radio de acción del territorio afecto a Defensa se reduciría o se quedaría igual. Como ya hemos pasado por gobiernos tanto del PP como del PSOE, creo que la situación para nosotros sería la misma. Si como explican los de “agüita clara”, la negativa a desarrollar el polígono de las Marismas ha sido la gota que ha colmado el vaso, es que los políticos locales nunca han sabido hasta donde llega la servidumbre militar.
Rota fue hace más de cincuenta años uno de los “cromos” que la dictadura “canjeó” para que el Plan Marshall, que suponía el fin del aislamiento de la dictadura franquista, acogiera a España. Al principio, este pueblo de mayetos y pescadores,y que ya apuntaba a un incipiente turismo nacional, se resintió con la llegada de los norteamericanos. Pero después tomó impulso y la población se multiplicó en pocos años, entraban dólares a raudales y, de repente, nos convertimos en españoles adinerados, sin que para ello hubiese hecho falta ninguna titulación especial, ni profesional ni cultural. El Plan Marshall dejó su impronta económica, no cabe duda, en la sociedad roteña.
Más tarde ocuparíamos las primeras cifras en las terribles tablas estadísticas de casos de cáncer por número de habitantes. Pero eso es una historia que siempre queda velada. Los estadistas militares (ya que de una instalación militar se trata) dirían que se trata de daños colaterales.
El hecho es que los roteños teníamos un gran nivel de vida. La Base se convirtió en el objetivo profesional de la mayoría de los roteños.¿Qué importaban entonces los polígonos industriales y la servidumbre militar por tierra, mar y aire? Pero he aquí que la Base, aunque siga siendo la “primera empresa” de Rota, ya no es lo que era. Ya las bajas laborales por jubilación no se cubren con nuevos trabajadores y, además se han llevado a cabo más de una “reconversión industrial”.
Y es ahora cuando los políticos locales se dan cuenta de que “estamos condenados” a ser lo que quisieron hacer con nosotros y lo que, a su vez, nos hemos dejado hacer. Ahora descubrimos que la servidumbre militar está más allá de la alambrada que delimita el recinto militar. Ahora nos damos cuenta que ni siquiera nos compensan por ello.
Este pueblo nunca “se levantó” para defender sus derechos. A mi edad, sólo recuerdo una manifestación “en defensa de los derechos de Rota” y fue para reclamar que la Base no pasase a manos de la OTAN y siguiera siendo norteamericana, porque de esta manera “peligrarían” nuestros puestos de trabajo. Nunca nos hemos manifestados masivamente para exigir nuestros derechos más allá del ámbito “gastronómico”.
Ahora, con más de tres mil parados, con un desarrollo restringido, sin un futuro claro para nuestros jóvenes que tendrán que emigrar en un alto porcentaje,…ahora hemos descubierto que “el Sr. Marshall” pasó de largo.
No ha habido ningún gobierno local lo suficientemente “guerrillero” para plantar cara a los diferentes Gobiernos de la Nación y exigir las compensaciones que nos correspondan. Ahora, hasta algún político de la derecha de este pueblo, es capaz de gritar “Bases fuera”, por la falta de compensaciones.
Déjense de historias para confundir a la opinión pública. Todos sabemos que Rota, como municipio, no importa gran cosa para los gobiernos de la Nación del PSOE y del PP. Al fin y al cabo no hemos “molestado” para nada a Felipe González, José María Aznar y a Rodríguez Zapatero.
Estamos a tiempo, siempre se está a tiempo, de invertir esta situación. Para ello hace falta coraje, algo que “el Sr. Marshall” se cuidó mucho de llevarse con él.
Salud.
ANTONIO FRANCO GARCIA












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