Llora París, llora Europa
Lo ocurrido la madrugada del viernes pasado no tiene nombre, una salvajada de tal magnitud es sólo comparable al atentado de Madrid del 11-M.
Escalofríos recorrían nuestras espaldas cuando veíamos en televisión la secuencia de imágenes de lo que estaba ocurriendo, veíamos cómo poco a poco el número de víctimas aumentaba y nos íbamos enterando cómo los terroristas habían matado a sangre fría a tantísima gente.
Por respeto a las victimas, voy a intentar no usar adjetivos, pero me arde la sangre ver cómo puede haber gente así, personas que matan a sangre fría, de forma predeterminada, sin importarles nada. Los terroristas yihadistas son una lacra, un cáncer mundial, y como tal hay que extirparlo.
Llevamos ya mucho tiempo viendo imágenes aterradoras en los medios de comunicación y en las redes sociales sobre cómo actúa el autodenominado “Estado Islámico”. Hemos visto cómo han matado a mujeres a pedradas por infidelidad (es importante señalar que la inmensa mayoría de las infidelidades son por violaciones), hemos visto cómo por ser gay en el Estado Islámico te tiran al vacío o te crucifican, y lo más fuerte, por el simple hecho de ser católico o por no creer en lo que ellos creen, te decapitan a sangre fría, grabándolo en vídeo, regodeándose de tener la cabeza de un “infiel” en sus manos y luego subiendo esas fotos a redes sociales para llegar a todos los rincones del mundo.
Y ahora pregunto, a los que piden dialogar y no actuar ¿le pueden explicar a los padres o familiares de esos asesinados que ven fotos con la cabeza cortada de su ser querido, que es mejor dialogar?.
No digamos estupideces, recordemos cómo mientras se dialogaba con Sadam Hussein, este mataba y exterminaba a millones de curdos, o recordemos cómo mientras se negociaba con Hitler las tropas nazis invadían media Europa... ¿Hacen falta más ejemplos? Me gustaría recordar que con Hitler no se acabó dialogando.
El terrorismo yihadista amenaza a todo el mundo, pero especialmente a Europa, y Europa debe actuar. Vivimos en democracia, una democracia que en muchos países europeos nos ha costado mucho conseguir, hemos tenido que ganar dos guerras mundiales y en el caso de los españoles, la democracia de la que gozamos nos costó mucho tenerla como para ahora menospreciarla.
No permitamos que el miedo nos pueda, demostremos que Europa está unida y fuerte. Y a aquellos que quieren dialogar pues nada, que cojan ellos un avión y negocien cara a cara con los terroristas, eso sí, en mi nombre no.
Y otro dato importante, la grandeza de Europa y de los europeos pasa por ser tolerantes, eso quiere decir que no reduzcamos todo al absurdo, no todas las personas que llevan banderas españolas son fachas, ni todos los católicos son pederastas, ni por supuesto, todos los musulmanes son terroristas.
Hugo Cañellas Ávila
Alí Kates | Miércoles, 16 de Diciembre de 2015 a las 16:04:13 horas
La cuestion no es defender solo a las minorias, sino a todos y cada uno de los ciudadanos. Ninguna dictadura defiende a nadie ni a nada que no sean sus propios intereses y mucho menos a minorias, el ejemplo ya lo tuvimos en este pais hace años. Ninguna dictadura tiene excusa, las dictaduras no son defensoras de nadie, al contrario son censoras, represoras, torturadoras y asesinas. Quien defiende dictaduras, les hace propaganda a quienes las pretenden instaurar.
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