LA BICICLETA, LOS CHINOS Y NOSOTROS

Hubo un tiempo, no hace mucho, en que la imagen que se tenía en los países occidentales de los chinos era la de un montón de trabajadores montados en bicicletas saliendo de las fábricas dónde discurrían sus jornadas laborales. Mientras tanto, aquí, en esta porción occidental que es este país nuestro, presumíamos de utilitarios, televisores en blanco y negro y destapes inusuales sobrevenidos como especies de “símbolos de la modernidad”. 

Ahora China es uno de los países que más contaminan y sus ciudadanos han cambiado las bicis por vehículos a motor. Sigue siendo un país comunista, pero sólo en la falta de participación ciudadana en la “res pública”. China es hoy un tipo de simbiosis entre el sistema capitalista neoliberal y el comunista. Además, ha copiado lo peor de ambos sistemas. Del capitalismo, la explotación del obrero y la falta de respeto al medio ambiente. Del comunista, la imposición de un partido único y la falta de libertades.

Ahora que los chinos “han dejado aparcadas sus bicicletas”, en los países occidentales nos hemos propuestos sacar partido al uso saludable de estas. Las consideramos, incluso, un signo de modernidad. ¡Quién lo iba a presagiar en aquellos años setenta del siglo pasado!

En nuestras ciudades comienzan a dibujarse todo un paisaje de carriles bicis, y a la bicicleta se le comienza a dar protagonismo como medio de transporte. Tenemos que reconocer, eso sí, que no somos pioneros en esto. Ya nuestros vecinos de Centro Europa nos llevan una ventaja de algunos años en el uso de la bicicleta para discurrir por las calles de sus ciudades. Pero los españoles estamos acostumbrados a llegar un poco tarde a  casi todo. Será por la herencia de cuarenta años de dictadura. Será por eso.

Andalucía se ha convertido, en este sentido, en la región autónoma abanderada en la defensa del uso de la bicicleta. Desde el gobierno andaluz se puso en marcha en Plan Andaluz de la Bicicleta, con el fin de impulsar el uso, no sólo recreativo y deportivo de este medio de locomoción, sino, sobre todo, como medio de transporte. No pretendo utilizar este artículo para publicitar las bondades del gobierno de la Junta de Andalucía, aunque se podría considerar por parte de algunos/as lector/as que es así.  No en vano, a la elaboración del mencionado Plan mucho tuvo que decir la consejería dirigida por Elena Cortés durante el periodo en que estuvo en “manos de Izquierda Unida”. Pero no. Para llevar a cabo cualquier iniciativa hace falta inversión e implicación pública. La segunda se reconoce, lo de la inversión es ya otro cantar. Aunque hay que reconocer que algo, y no poco, se ha avanzado. De todas formas, sigue siendo insuficiente.

En Rota, aunque se ha apostado los últimos años por ello, se han confundido los usos de la bicicleta y en las ordenanzas  se hace mayor hincapié en el lúdico-deportivo que en el de medio de transporte.

Volviendo los ojos a Oriente, los chinos, no hace mucho lo utilizaban como medio de locomoción, y en sus ciudades se podían respirar sin peligro a una intoxicación. Los chinos se han empeñado en imitarnos en esto de contaminar y nosotros nos hemos empecinados en pedalear como chinos, que resulta más beneficioso para la salud.
Salud.