La Madrugá 2015 concluía minutos antes de llegar a la una del mediodía cuando los tres titulares que han procesionado a lo largo de toda la noche, hacían su entrada en capilla arropados por muchos ciudadanos que, o bien han madrugado para acompañarlos en el último tramo, o han estado toda la noche siguiéndolos por los rincones por los que este año ha pasado Nuestro Padre Jesús Nazareno, María Santísima de la Amargura y San Juan Evangelista.

Desde que partieran a las dos de la madrugada de la parroquia de Nuestra Señora de la O, con mucho público, algo de viento, pero buen ambiente cofrade, han sido casi diez horas procesionando por un pueblo que, un año más, se ha volcado con el Señor de Rota. No cabe duda que la Hermandad del Nazareno es la que reúne a un mayor número de cofrades y seguidores y por ello, también los cambios que este año han vuelto a introducirse en el itinerario han suscitado más de un posicionamiento en contra. Sin embargo, al pueblo roteño poco le ha importado por donde se establezca el paso de Jesús y su Madre, porque allá han ido para acompañarlo en la noche más larga de la Semana Santa de  la villa.

Han sido muchas horas para los costaleros y cargadores de los tres pasos, para los cientos de hermanos que han procesionado con insignias y cirios, y para muchos ciudadanos que viven la Madrugá de una forma muy intensa. Es la noche más especial de la Semana Mayor y la que acerca estos días de conmemoración de la Pasión, Muerte y Resurrección de Cristo, a su recta final.

En la retina quedará como siempre las imágenes de un Jesús Nazareno portando la cruz que este año ha sido restaurada, y luciendo una túnica morada de tela de damasco del siglo XIX que ha sido reproducida y confeccionada en Barcelona. La banda de música que lleva su mismo nombre, y que ayer hacía doblete ya que también acompañó a la Hermandad de los Dolores, ha sido la encargada de  poner los acordes musicales junto a la Asociación Musical Ruiz-Mateos.

La noche se ha comportado pese al viento que soplaba, que hacía en algunos tramos un poco más incómoda la espera de la Cruz de Guía, pero poco a poco la jornada ha ido mejorando y el Nazareno se ha recogido con unas temperaturas agradables que presagian también una buena tarde de Viernes Santo donde el Santo Entierro y la Veracruz serán los protagonistas.

Sobre las once de la mañana, San Juan Evangelista y María Santísima de la Amargura llegaban a la plaza Bartolomé Pérez donde una buena multitud de ciudadanos ya esperaban para presenciar el sermón de pasión y la recogida. Mientras, y dado que las condiciones meteorológicas así lo han permitido, el Señor de Rota se acercaba hasta el muelle pesquero para bendecir el mar en el que trabajan los pescadores roteños. A paso rápido volvía a la plaza Bartolomé donde el número de personas aumentaba y donde esperaban su Madre y el apóstol Juan.

Este año, la disposición de los tres pasos para presenciar el sermón de pasión que ha pronunciado el cura párroco Carlos Redondo, ha sido diferente a la del año pasado. En vez de parar frente a las puertas de la iglesia de la O, lo han hecho bajo las ventanas del Castillo de Luna, desde donde el párroco junto a dos saeteros, han recordado el pasaje de la crucifixión de Jesús, la sentencia de Poncio Pilato y el dolor de una madre al pie de la cruz con su hijo a punto de fallecer.

Quizás el cambio de hora y lugar del sermón de pasión, que hasta 2013 se celebraba en la plaza de España antes de comenzar el recorrido de la estación de penitencia como tal, ha sido uno de los aciertos de la junta de gobierno de la hermandad porque es indudable que esta parte de la salida procesional tiene ahora mucho más tirón, los ciudadanos están más pendientes a lo que se dice y el lucimiento es mayor. A las doce menos diez aproximadamente, el cura Carlos Redondo, con los tres titulares bajo el ventanal del Castillo comenzaba con los diferentes apartado de un pasaje que los cristianos deben conocer al dedillo.

Posteriormente, recordaba que 2.000 años después, esa "sentencia injusta" para Jesús, sigue vigente cuando muchos echan la culpa del hambre, el sufrimiento y el dolor al mismo Dios que entonces entregaba su vida por los demás. Carlos Redondo ha pedido a los presentes que tengan fe para cargar con la cruz que cada uno lleva a cuestas bien por un desahucio, una enfermedad, la muerte de un ser querido, etc. Lo importante, decía esta mañana en ese sermón de pasión que se ha prolongado en unos 20 minutos, es tener amor a Dios. Ese mismo amor es el que ha proclamado destacando que un año más, todo un pueblo ha estado en vigilia para seguir al Señor de Rota, Nuestro Padre Jesús Nazareno.

Minutos más tarde, San Juan Evangelista enfilaba los últimos metros hasta llegar a la puerta de la parroquia de Nuestra Señora de la O, seguido del Nazareno y por último, para cerrar esta estación de penitencia, María Santísima de la Amargura. Se daba así por terminada esta Madrugá 2015.