HISTORIAS DEL CORAZÓN

Me gustaría escribir sobre otra cosa, pero resulta difícil. El ya muy próximo paso de concejales, alcaldes y ex alcaldes por el juzgado, sentados en los banquillos, con la espada de Carabanchel pendiendo sobre sus cabezas, impide que piense en otra cosa, que mire hacia otro lado.

Y no sé a ustedes, pero a mí me produce una inmensa tristeza, conozco a Lorenzo desde hace mucho tiempo y me cae bien. También creo que en sus inicios en la política era una persona muy diferente, y si he de decir la verdad, en aquellos días me hizo algún favor (no piensen mal, no se trató de nada ilegal). Con la alcaldesa me he relacionado poco, pero entre el resto de imputados hay personas que he tratado bastante, a las que guardo aprecio, y que me parecen (o me parecían) excelentes individuos.

No soy abogado, ni siquiera finjo que sé de leyes, pero por lo que leo en un sitio y en otro, cabe la posibilidad, según algunos, más bien la probabilidad, de que una o varias de estas personas den con sus huesos en la cárcel. Todo ello resulta aterrador y nos hace preguntarnos hasta dónde hemos llegado. Hasta dónde nos ha llevado la indiferencia de los ciudadanos, la costumbre del poder y el compadreo local.

Durante la campaña municipal de 2007, apareció un informe sobre el enorme gasto que las empresas de Lorenzo habían facturado al ayuntamiento. Hablaba yo sobre el asunto con mi malogrado amigo Santiago Tirapu, quien, al leer la nota que le enseñé de la cuestión, profetizó: “Esto son dos concejales más para Lorenzo”. Intenté discutirle, pero en el fondo, sabía que Tirapu llevaba razón. O sea, el hecho de que un informe municipal mostrara que el ayuntamiento se gastaba un dineral en las empresas de Lorenzo, no sólo no le iba a perjudicar en las elecciones, sino que le iba a favorecer. Efectivamente, Lorenzo ganó aquellos comicios.

A decir verdad, ese apoyo popular pareció hacer creer a nuestros gobernantes que eran invencibles, y que podían hacer lo que les viniera en gana. Y casi llevaban razón. Actitudes como la de ceder la alcaldía a Eva Corrales con cuatro tristes concejales no era sino un símbolo de que pensaban que se hallaban más allá del bien y del mal, en algún lugar donde la única compañía era la de Buzz Lightyear. Y estaban en lo cierto, porque los ciudadanos les seguían votando. Por eso, cuando leo comentarios en este medio, de roteños enfáticamente indignados diciendo: “Lorenzo, ya no te vuelvo a votar” o “Eva me has decepcionado”, me entra la risa. ¿Qué pasa, que no lo sabían antes? El caso de los monos era de público y absoluto conocimiento en Rota. Quien votara a PP o a RRUU sabía casi lo mismo que sabe ahora. ¿A qué viene entonces esta hipocresía y ese hacerse el estrecho? Se suele decir que la masa es voluble, pero yo añadiría algo más. La masa es traidora. Si se fijan bien, da la sensación que esa masa de los ciudadanos ha estado tendiendo una trampa a estos gobernantes. Los ha ido dejando que se confíen. Es más, los ha llevado hasta el borde del precipicio. La masa, el pueblo, es como un conjunto de sirenas que susurrara al oído de nuestros dirigentes: “no pasa nada, no pasa nada” ; “seguid así, nosotros os apoyamos”; “todo el mundo haría lo mismo”; “lalará, lalará, trabajas mucho, te mereces todo, quién se va a enterar”… Pero ya se sabe a que conduce el canto de las sirenas, y, sobre eso, resulta que quienes antes alababan, ahora escupen.

Personalmente, y creo que hay mucha gente como yo, me encuentro tirando a perplejo. No deseo que nadie vaya a la cárcel, aunque tampoco quiero que nuestros actuales representantes nos sigan gobernando (lo de gobernar es un decir). No sé si serán o no honrados, pero de lo que estoy seguro es que han dirigido el municipio de forma bastante mediana. Y quienes están arriba, es decir, Lorenzo y Eva Corrales, debían haber dimitido hace tiempo; por su bien, por el de sus partidos y por el de Rota.

Porque hay algo que me tiene boquiabierto y con respecto a lo cual todo el mundo parece que se ha quedado tan tranqui, tan tío que no pasa nada, tan no problem, bro. Si el primero de los juicios pendientes da como resultado la inhabilitación de Lorenzo y Eva y varios más de los que van en las listas de sus respectivos partidos, ¿qué pasará con esas listas y partidos? ¿Participarán en las elecciones? ¿Entrarán los suplentes? ¿Anularán las listas si el número de imputados es superior al de titulares y suplentes? En RRUU que funciona como Rota Califato Independiente puedo entenderlo, pero en el PP resulta difícil saber en qué piensan.

A no ser que las cosas vayan por otro lado. No sé si me entienden.