Antonio Franco
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VIAJES CUESTIONADOS
En 1984, José Rodríguez de la Borbolla, entonces Presidente de la Junta de Andalucía, realizó un viaje a Israel que duró una semana. Le acompañaron en aquella visita algunos Consejeros de su gabinete, los de Agricultura y Economía. Aquel viaje fue bastante cuestionado, incluso entre las filas de su propio partido político. No se trató de una visita meramente turística. El Presidente de Andalucía fue, entre otros asuntos, a cerrar programas de intercambios comerciales. Actúo cual Presidente de Gobierno. La declaración que realizó a los medios de comunicación empezaban con estas palabras: “He hecho este viaje porque me ha dado la gana”.
Nada sucedió. A pesar de que las relaciones de Israel con los países árabes estaban, como casi siempre, en un momento tenso; y que éstos mantenían buenas relaciones con la España gobernada por Felipe González, el Presidente socialista andaluz no se anduvo con chiquitas a la hora de visitar Israel, pese a los acontecimientos que se estaban viviendo. Es más, Rodríguez de la Borbolla repitió viajes al país israelita en los años sucesivos.
Esto de que los distintos presidentes autonómicos viajen a distintos países en calidad de eso, de presidentes autónomos, no es nada nuevo. Lo han hecho todos, o casi todos, y de todos los signos políticos. Por ejemplo, el presidente de la Xunta de Galicia frecuente periplos por países del cono sur de América. Artur Mas, el catalán, viaja cual presidente de Estado, representando a Cataluña.
Durante la pasada semana se armó un revuelo mediático-político porque el Vicepresidente de la Junta de Andalucía, tenía previsto una visita a los campamentos saharahuis de Tinduf, para conocer las condiciones de los refugiados. Al parecer, a la Presidenta de la Junta de Andalucía no le agrada este viaje y lo ha prohibido expresamente. Detrás de todo esto está el no enfadar en demasía a nuestro vecino Marruecos. Sin embargo, una delegación de la Xunta de Galicia visitó los campamentos de Tinduf en Argelia hace unas semanas y nadie “se alarmó” por ese hecho.
No se trata de repetir otra vez la deuda histórica que España mantiene con el pueblo saharahui. Pueblo al que abandonamos sin más en un momento de nuestra Historia en que los asuntos internos eran más preocupantes que los de Política exterior. Deuda que, por cierto, las familias españolas que se ofrecen como “de acogidas”, limpian cada verano con los niños de familias refugiadas en los campos de Tinduf. Familias que “hacen olvidar” el bochornoso comportamiento de nuestros gobernantes a lo largo de los últimos años con respecto al pueblo saharahui.
Confundir un viaje que se enmarca dentro de la verificación de los proyectos de cooperación con una visita que puede provocar malestar en un país de dudoso régimen democrático, es, cuando menos preocupante, en el sentido de la libertad de acción. La Presidenta de la Junta de Andalucía debería estar a la altura de su cargo para distinguir y explicar a Marruecos (si lo considera oportuno) que los lazos que une al pueblo español ( y al andaluz) con el pueblo saharahui son fuertes y vienen de lejos.
Salud.












Eugenio Ponce | Jueves, 22 de Enero de 2015 a las 17:36:12 horas
Está más que claro que son más importantes los dineros de las empresas españolas sitas en marruecos que de esos pobres refugiados, esas pobres almas dejadas en manos de los colonizadores marroquies por los antiguos colonizadores españoles. Ni las minas de fosfatos ni las aguas territoriales con importantes caladeros tienen que ver. Más de uno conserva su DNI español y reniegan de los árabes (marroquies) escupiendo al suelo abandonados por todos ( ONU incluida). Recordatorio: el porcentaje más importante de ayuda al desarrollo de la Junta lo tiene Marruecos
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