A VUELO DE PÁJARO ( o de gaviota)

El Partido Popular comienza a replantearse algunos asuntos. Dentro de unos meses habrá elecciones municipales y autonómicas. Estas últimas en la mayoría de las comunidades. ¡Ya se notan las raíces fuertes! ¡Qué no, qué no son brotes verdes! ¡Son, como tubérculos! Ya no más recortes. Ya hay que devolver a los españoles parte de lo que nos habían desposeídos. Para eso está la reforma fiscal. Engañosa, si se lee la letra pequeña y se entra en detalles, pero reforma.

Hasta en la Comunidad Valenciana empiezan a plantar cara al ejecutivo central. Y eso que son del mismo partido. “Entiéndelo, Mariano. O me niego a más recortes o perdemos las elecciones. Luego, ya veremos”.
Pero el daño ya está hecho. Muchos han dejado la vida, además de la vivienda, durante estos últimos años.
Con los que no se puede negociar son con los gobernantes catalanes. Se han empeñado en llevar a cabo un referéndum claramente independentista. Con anularlo, se acabó. Pero, ¿se acabó? ¿Puede una prohibición anular las ideas? Podrá anular el hecho de celebrarse la consulta, pero dará alas a los independentistas catalanes y la cifra de éstos irá creciendo. Hará falta algo más que prohibición. No tengo  ni idea de la solución, pero la intransigencia no conduce más que añadir adeptos a la causa del gobierno catalán.

Visto lo visto, me refiero a las encuestas sobre la intención de voto del electorado, el Partido Popular ha dado marcha atrás a la ley de la reforma del aborto. Sopesando los votantes a favor de mantener la ley del aborto en los términos actuales y los que prefieren la denominada reforma Gallardón, parece que los primeros son mayoría. Es verdad que se echan encima a la Iglesia, pero en el PP se han dado cuenta de que el Pueblo español cada vez es menos católico. Bueno, menos católico practicante. Es decir, algo que el PP sí llevaba en su programa electoral no se va a cumplir. Por no decir lo único. Todo lo demás, que,por cierto, no aparecía en las páginas de su programa electoral, lo han llevado a cabo. Además haciendo todo lo contrario a lo que vendieron durante la campaña electoral. No hace falta repetir el listado de promesas incumplidas.
Serán, supongo, las cosas de la Política.

En Andalucía lo tienen más bien oscuro. O, poco claro. Al candidato a la Junta de Andalucía de los populares no le auguro más de un asalto. Recuerda demasiado a Javier Arenas. Hasta en el dejillo se parece. Pero, no creo que el PP llegue a alcanzar las cotas de votos que consiguió con aquel.

En nuestro pueblo todo es una incógnita. Se nota, eso sí, el nerviosismo. En los plenos las intervenciones de los distintos portavoces del equipo de gobierno dan un recital de las acciones llevadas a cabo. La señora alcaldesa que cierra los puntos del orden del día se despacha a gusto con la oposición. Se ve que lleva preparado el discurso del cierre de los puntos que se debaten. El plumero se le ve en el apartado de ruegos y preguntas. Cuando desde la bancada de la oposición se dirigen preguntas para que el equipo de gobierno las conteste, entonces,  la señora alcaldesa cede la palabra al señor alcalde. Perdón, al portavoz de su socio de gobierno. No es capaz de dar respuesta a ninguna cuestión planteada. También cuando no tiene respuesta política que dar a los miembros de la oposición, entonces dirige sus dardos dialécticos al terreno de lo personal. Ella es así.
Salud.