Ezequiel Grande pregona los 75 años de historia, esfuerzos y fervor a la Veracruz
El auditorio municipal "Alcalde Felipe Benitez" se vistió de gala para acoger el Pregón del 75 Aniversario de la Reorganización de la Hermandad de la Veracruz de Rota. Sin duda, una fecha histórica y especial para los veracrucistas que ayer se vieron reflejados en los sentimientos y vivencias que un cofrade de la talla de Ezequiel Grande Aguilar pregonó con conocimiento de causa y verdadera devoción. Y es que de entre las familias vinculadas generación tras generación a la hermandad roteña, la familia Grande tiene especial peso, no en vano, el padre y dos tíos del que ayer jugó el papel de pregonero, fueron parte de ese grupo de jóvenes que un 5 de marzo de 1940 atendió la petición del entonces párroco de la iglesia de la O, Cristóbal Escribano Oliva, y se comprometió a reorganizar una cofradía que llevaba 81 años desaparecida pese a contar con una historia que sitúa su nacimiento a mediados del siglo XVI.
Ezequiel ha nacido y vivido con la Veracruz a su lado formando parte de su día a día. Sus padres eran veracrucistas, también sus tíos, primos y ahora hijos y nietos, por lo que ayer pocos esfuerzos tuvo que hacer para ensalzar una fecha histórica como la que se conmemora desde este mes de septiembre.
Para ello, el escenario del auditorio municipal lució en todo su esplendor gracias a un trabajo cuidado y con gusto por parte de esa comisión creada para llevar a cabo la programación de los actos conmemorativos por esta efemérides. El paso de La Borriquita acogía entre centros florales dispuestos por el escenario a un crucificado, a una dolorosa y a un San Juan de espaldas al público propiciando un clima de recogimiento propio de este tipo de citas. De hecho, cuando los asistentes al pregón, entre los que se encontraban veracrucistas, hermanos mayores y cofrades en general, tomaron asiento y se descorrió el telón del teatro, fue una grata sorpresa ver un escenario transformado que consiguió sorprender. El ambiente se vio reforzado con la actuación de dos músicos roteños, los hermanos Antonio y Raúl Bernal, que con la guitarra española y una flauta travesera deleitaron al público con la interpretación de tres marchas que supieron a poco. Una forma diferente de escuchar piezas cofrades normalmente interpretadas por la banda de música que dejaron embobados al respetable. Demostraron talento y engrandecieron el acto que estuvo presidido por el hermano mayor de la hermandad, Juan García Gasca, por el presidente del Consejo Local de Hermandades y Cofradías, Gregorio Sánchez Alonso, y por la alcaldesa de Rota, Eva Corrales.
Con los acordes musicales como preámbulo comenzaba uno de los actos más importantes para la Veracruz en el que es el año de celebración por su 75 aniversario tras la reorganización. Enseguida tomó la palabra el veracrucista y amigo del pregonero, Francisco Bonhome que, haciendo un repaso por la trayectoria de esta cofradía desde los años 40 hasta ahora, destacó la entrega y trabajo que todos los hermanos han tenido que hacer a lo largo de todas estas décadas para que la Veracruz esté hoy donde está. Él, como Ezequiel, a quien ayer presentaba, han vivido desde niños cerca de la capilla de San Roque, de la hermandad y sus titulares, por eso, no le costó recordar algunas vivencias y ceder la palabra a alguien que conoce a la perfección qué es ser veracrucista.
Francisco Bonhome definió al pregonero como un cofrade y cristiano ejemplar. Es hermano de esta hermandad desde 1948 cuando sólo contaba con 4 años y algunos meses de edad. A medida que fue creciendo fue involucrándose aún más en la cofradía, llegando a ser miembro fundador de la cuadrilla de hermanos costaleros de Jesús Cautivo y de las Angustias. Pregonero de la Semana Santa de Rota, de la romería de San Isidro o las fiestas del Rosario, es actual miembro de la permanente del Consejo de Hermandades y Cofradías y forma parte de esta comisión creada por las bodas de diamante de su hermandad, la Veracruz, a la que ayer veneró y recordó con fechas históricas claves.
Ezequiel Grande dio ayer una lección de momentos claves desde la reorganización de la cofradía recordando a todos los presentes desde la primera salida procesional del Cristo de la Veracruz en 1940 con sólo 12 hermanos que pagaban una cuota de 5 pesetas, la colaboración que recibieron de hermandades como la del Nazareno, estaciones de penitencia que se realizaban en Jueves Santo y no en Viernes Santo como ocurre ahora, la primera vez que procesiona María de las Angustias junto al crucificado, El Cautivo o La Borriquita, estrenos de insignias, varas, mantos, túnicas, tallas etc., hasta la reconstrucción de la capilla de San Roque que hoy es su sede canónica, los problemas de financiación que tuvieron y cómo un grupo de personas comprometidas entre las que se encontraba él mismo siempre han ayudado a sacar adelante actividades para la recaudación de fondos y seguir creciendo. En definitiva, buenos y malos momentos que ha vivido la Hermandad de la Veracruz en estos tres cuartos de siglo desde su reorganización fomaron parte de un pregón que ayer puso en valor el trabajo del hermano veracrucista. Una retahíla de fechas históricas que el pregonero fue relatando para concluir que todo eso, es Veracruz: amos, fe, ilusión, esperanza, luz de guía y entrega al más necesitado.
Tras hacer un repaso por la simbología de la cruz de Cristo que es norte de los cofrades y el significado y peso que tiene esa insignia entre los hermanos, Ezequiel Grande fue avanzando en un pregón muy completo que no dejó prácticamente nada por detrás. Tuvo palabras de reconocimiento y cariño para aquellos veracrucistas entregados, para los que con su esfuerzo pusieron en marcha la bolsa de caridad que hoy sigue funcionando con entrega de hermanos como Juan López, para las mujeres de Veracruz a la que resaltó como fundamentales en el devenir de la cofradía siempre dispuestas a trabajar, para los que pregonan amor al prójimo lejos de iglesias y hermandades, y palabras especiales para su propia familia siempre veracrucista.
El pregonero pidió humildad a los hermanos y entrega, trabajo para seguir esta senda y reflexión a los que hoy quieren apartar los valores cofrades de la sociedad. En su pregón no olvió prácticamente ningún capítulo importante de estos 75 años y demostró que es pleno conocedor de lo que es ser de la Veracruz. Una hermandad por la que trabaja y que forma parte de su propia vida. Agradecido por haber sido elegido para desempñear e papel que ayer le tocó protagonizar, se despidió deseando la llegada de una nueva Semana Santa y mostrando que él, Ezequiel Grande, es veracrucista de los pies a la cabeza.













































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