EL VALOR DEL SUBSUELO




           

El panel situado en las inmediaciones del nuevo Centro Turístico y Cultural de la barriada del Molino MIENTE. Engaña en su mensaje. En el se puede leer algo así como “Plazas de garaje a precio de VPP”. Si la plaza de garaje más barata se sitúa en torno a los 25.000 euros, ya me dirá alguien cómo se valoran en nuestra población las viviendas con denominación de Públicas y Protegidas.

No es de extrañar que los vecinos anden en la labor de recogida de firmas ante lo que consideran un abuso en el precio de dichas plazas de garaje.
En el pliego de cláusulas económico-administrativas que rigen las condiciones y los criterios de adjudicación de las plazas podemos comprobar que existen dos plazas de garajes destinadas a personas  minusvalidas. El precio de ambas supera en mucho los seis millones de las siempre recordadas, en estos casos, antiguas pesetas. El precio supera los 38.000 euros cada una. ¡A precio de Protección Oficial, vamos!

Los Ayuntamientos, siempre faltos de liquidez por motivos obvios, buscan la manera de financiar los distintos proyectos. Cuando las financiaciones son a  través de créditos bancarios, los ciudadanos casi ni nos damos cuenta de que la estamos pagando. Porque, al final, naturalmente, la pagamos todos. Y, cierto día, alguien o algunos, descubrieron el valor del subsuelo.

La idea de la creación de un nuevo Centro Social en la zona del Molino surge ya en el año 2.002. Por entonces, dicho equipamiento iba a ocupar sólo una tercera parte de la parcela. El resto del solar iba a ser ocupado por una plaza y zonas ajardinadas. En el año 2.005, con el cambio de Gobierno local se retoma el proyecto, pero dotándolo ahora de plazas de aparcamientos soterrados. El acta de la Junta de Gobierno de ese día ,18 de octubre de 2.005, habla de un total de 70 plazas, cuyo valor rondaría los novecientos mil euros.
Finalmente prevalece el proyecto de la creación de un centro con plazas de garaje en el subsuelo.

El nuevo equipamiento municipal queda “bautizado” con la extensa denominación de CENTRO TURÍSTICO, CULTURAL Y DEPENDENCIAS MUNICIPALES “EL MOLINO”. El nombre no resulta baladí. Lo de Turístico y Cultural responde a las exigencias de una subvención, que viene a sufragar parte de la obra.
El presupuesto total ascendió a 1.958.339,22 euros, según Acta de la Junta de Gobierno del día  13 de Enero de 2.009
La suma total de las 67 plazas puestas a la venta asciende a la cantidad de 1.458.671.27 euros, sin contar el IVA. No hay que sacar una clasificación de sobresaliente en matemáticas para comprobar que con la venta de las plazas de garajes y la obtención de la subvención ( aunque desconozca la cuantía de ésta) se cubre en su totalidad la inversión llevada a cabo. Y es ahí donde radica el hecho de las plazas de garaje. Con la venta de ellas se amortiza la inversión del equipamiento en cuestión.
De no haberse añadido este detalle, la financiación tendría que ser otra. ¡El valor del subsuelo!
Se intentó la misma fórmula con el tan manido nuevo Centro de Salud. El Alcalde “sacó pecho” a la hora de presentar el proyecto a la Delegación de Salud de la Junta de Andalucía. El Ayuntamiento se comprometía a llevarlo a cabo y que la Consejería dotara de los medios y personal. El proyecto original contenía también plazas de garajes soterrados. La Junta de Andalucía desestimó garajes particulares en el subsuelo del Centro de Salud, con lo que la idea de la autofinanciación se vino abajo. Y ahí comenzó el cruce de encuentros/desencuentros entre la Junta de Andalucía y el Ayuntamiento de Rota en todo este tema, como todos sabemos por activa y por pasiva.

¡El valor del subsuelo! Si se hubiese descubierto o aplicado antes, a lo mejor hoy estaríamos hablando de plazas de garajes soterrados en la Plaza de Bartolomé Pérez. La venta de dichas plazas hubiesen servido para sufragar los gastos del acondicionamiento del emblemático Palacio Castillo de Luna, ¿qué no?

Es el mismo mecanismo utilizado para la creación del nuevo centro de AFANAS. ¡El valor del subsuelo! Una fórmula como otra cualquiera de encontrar financiación a las inversiones municipales. No siempre, claro. Sólo en los casos en que esta receta se pueda aplicar.
Pero ello no es óbice para decir que el panel del Centro Turístico, Cultural y Dependencias Municipales “El Molino” MIENTE.

Los vecinos tienen razón para protestar por los precios. Nos venden la burra a precio de caballo de carrera. Lo dicho, el panel MIENTE.
Salud.

                      
                  
                                                                                                                       Antonio Franco García