EL TABLERO POLÍTICO

Ya llegó septiembre. Los meses vacacionales más demandados por los españolitos se han ido en un suspiro. Han bajado las cifras del paro durante estos meses , lo que no quiere decir que haya mejorado el bienestar de los españolitos. Lo que nos va a deparar el otoño es todo una incógnita. De todas formas, se nota que se acercan próximas convocatorias electorales. Como si de una partida de ajedrez se tratara, las figuras  negras van tomando posiciones. Ahora resulta que la cifra de aforados estaba demasiado inflada. De más de diecisiete mil, se propone pasar a poco más de veinte. Una bajada escandalosa. Porque escandaloso resulta que toda la clase política estuviese aforada. Visto así, sólo quedaba por aforar a alcaldes y concejales. Bueno, en el abultado número de aforados no todos eran políticos, también había jueces y magistrados y algún que otro “elevado” cargo.

En el terreno internacional nos encontramos inmersos en plena guerra. En una guerra comercial. ¡A quién se le ocurre aplicar a Rusia la misma medida que a la Cuba de Fidel! Putin, el mandamás de los rusos ha reaccionado ante el boicot comercial europeo y norteamericano por la crisis de Ucrania, con otro boicot. Los perjudicados, por lo que nos toca (y, por lo tanto, nos duele), son nuestros agricultores. Hasta ahora no nos hemos enterado la cantidad de fruta hispana que consumían estos rusos. La solución no es fácil, por no decir que es difícil. Rusia no es Cuba. Los rusos, en el desarrollo de esta partida, se han enrocado. Tampoco China, a quién nadie en Occidente es capaz de “toser” si quiera. Y eso que China no es precisamente un ejemplo de respeto de los derechos humanos. En esta guerra comercial, es preferible tener en el terreno de los amigos a los consumidores más numerosos. Lo del respeto de los derechos humanos ya se tratará en otro momento. Esas cuestiones, el respeto a los derechos humanos, se queda para países a los que se les puede “chulear”, como es el caso de Cuba. Es un país pequeño al que se le puede castigar y exigir el cumplimiento de lo que a China, por seguir con el ejemplo, no se atreven a exigir.

El mes Vendimiario, como lo denominó la revolución francesa de 1789, se presenta apasionante en todos lo ámbitos. También en el local. Acabamos de terminar la última temporada estival de la presente legislatura. El equipo de gobierno tratará de “poner toda la carne en el asador” para volver a gobernar la Villa. Ello les garantizarían otros cuatro años de empleo bien remunerado. Los tres primeros años y pico han sido estériles. Aunque hay que reconocer que la táctica de “pan y circo” les ha ido bien hasta ahora, y, por qué no, les puede ir igual de bien a partir de ahora. En esta partida de ajedrez vale todo con tal de que al Rey, y la Reina, de las figuras negras no se les de jaque mate. Al fin y al cabo, los peones están en la partida para eso. Las figuras blancas atacan, pero el tablero es propiedad de las negras. Y, aunque las figuras negras no lo vean “claro”, tienen la ventaja de que el ajedrez es un deporte que interesa sólo a un minoría. El jaque mate a la reina negra no significa que otra figura, pongamos un alfil,  consiga alcanzar la zona blanca y pueda convertirse en reina. Los que juegan al ajedrez saben a lo que me refiero. Los que se interesan por la política pueden encontrar el paralelismo.
Las figuras blancas juegan además con otro elemento. Los movimientos a realizar no son coincidentes. Cada cual tiene su propia estrategia. Ello perjudica el resultado de la partida. Mientras tanto, las figuras negras son movidas por una sola mano.

Una de las consecuencias de esta partida es que no puede acabar en tablas. De hecho, “el comité que organiza todas estas partidas”, pretende modificar las reglas del juego. El futuro, visto así, se presenta negro. Igual que el color de las figuras dueñas del tablero.
Salud.