El triatleta Carlos Ruiz Rodríguez-Rubio superó el pasado 16 de agosto el Ironman que se celebraba en la ciudad sueca de Kalmar. Una dura prueba que pone al límite el aguante del cuerpo humano y la capacidad de sacrificio de quien se atreve a competir entre hombres de hierro. Este roteño le ha hecho frente en siete ocasiones, la última, la de la pasada semana donde competían un total de 2.700 triatletas de todo el mundo.

El Ironman se compone de 3,8 kilómetros nadando, 180 kilómetros en bicicleta y 42 kilómetros corriendo que este deportista local completó en 10 horas y 16 minutos quedando en  el puesto 198. Por partes, en el tramo de agua, que fue de 4.000 metros, y en el que salió en el puesto 35 y tercero de la categoría 40-44 años, lo resolvió en 56 minutos; los 182 kilómetros de bicicleta los completó en 5 horas 28 minutos y la carrera a pie, un total de 42 kilómetros, la terminó en 3 horas y 43 minutos.

Durante el tiempo en el que da tiempo a comer un par de veces, ir a la playa o echar una jornada laboral completa, Carlos Ruiz estuvo corriendo, nadando y pedaleando, lo que le llevó a terminar la prueba con serios problemas estomacales sobre todo en la última parte ya que se vio obligado a caminar, trotar y correr de forma alternativa para superarlos; fue algo que le hizo perder tiempo para la marca final. Tampoco ayudó demasiado el clima que, si bien comenzó con una jornada soleada, a medida que pasaban las horas fue empeorando hasta desencadenar aguaceros en la parte final de bici y primeros kilómetros de maratón. Aún así, este triatleta roteño, superó todas las dificultades, demostró una vez más que es un hombre de hierro y completó el que ha sido su séptimo ironman con la satisfacción que da la recompensa de entrar en meta tras tanto sacrificio y resistencia.

Con más de diez horas continuadas de deporte a sus espaldas, su mejor recompensa fue ver las caras conocidas de sus familiares, padres y hermana, que se trasladaron hasta Suecia para acompañarlo. El nombre de Rota estuvo presente en esta competición internacional porque ya se encargaron ellos de que el triatleta entrara en los metros finales ondeando la bandera de la villa de Rota con la que posó minutos después.

Fue un nuevo reto que este deportista volvió a superar demostrando la capacidad de aguante que tienen los cuerpos de los que son, hombres de hierro.