IMPORTACIONES INNECESARIAS




Desde hace como diez o quince años, buena parte de la derecha española mira a los Estados Unidos con el mismo fervor que los musulmanes miran hacia La Meca. Es curioso, porque la tradición conservadora española siempre fue más bien antiyanqui, pero, desde Aznar para acá, resulta que los guiris del otro lado del Atlántico son los nuevos dioses ideológicos. El problema es que el trasplante de sus ideas chirría con mucha frecuencia. Después de todo, España es España.

En uno de los periódicos más populares del sector ultraliberal español (o sea, Libertad Digital), he leído varios artículos ¡a favor de la libre circulación de las armas de fuego!, otros pidiendo la eliminación del salario mínimo (de hecho, es una de las propuestas de Nuevas Generaciones), o, algunos, en contra de la seguridad social para todos los ciudadanos. Asuntos que puede que suenen bien en los oídos americanos, pero que en los españoles parecen proclamas del universo friki.

Esta influencia americana se materializa de forma más nítida aún en el sector televisivo. En EEUU, en los medios ultraconservadores resulta frecuente - más bien es la norma - que los debates y las tertulias sean monocolores. O sea, si son cinco los que debaten, hay tres que opinan que habría que decapitar a Obama y otros dos que creen que sólo habría que ahorcarlo. Pensar que en uno de esos debates pudiera intervenir alguien a favor de Obama sería creer en historias de fantasmas. En los canales españoles ultras ocurre algo muy parecido, tan sólo cambian el nombre de Obama por el de Zapatero. Dentro de ese universo frikiliberal, la palma se la lleva sin duda Radio Intereconomía. En esta cadena acaban de sacar un spot en pro ¡del consumo del tabaco y del alcohol!, con lo que uno llega a suponer que el próximo anuncio será a favor de la caza de ballenas o de las grasas saturadas.

Todo esto no me indigna ni me molesta. Sólo me produce vergüenza ajena. En Haití, antiguamente, los naturales de la isla, cuando se lo podían permitir, se compraban unas  gafas. Pero se compraban las gafas a pares, y se las colocaban una sobre la otra. Ellos veían que los blancos más poderosos y respetables solían llevar lentes. Los haitianos trataban de asemejarse a ellos y, con toda lógica, pensaban que si un par de gafas otorgaba distinción, dos pares tendrían que ser la leche. Un ejemplo de mala asimilación cultural. Algo así les ocurre a los ultraliberales de nuestro país. Importan recetas americanas, olvidando que los paladares estadounidenses y españoles son muy diferentes. Por más que Esperanza Aguirre traduzca sus discursos del inglés.
 
Puestos a buscar modelos en América, podían hacerlo en la del sur. Propongo a Vargas Llosa como modelo para los ultraliberales. Además de un gran escritor, es un político ponderado, razonable, consecuente y nada dogmático. Y se declara liberal de derechas. Mucho mejor que fijarse en Sarah Pallin. Por más que Pallin fuera miss Alaska en sus años mozos y todavía tenga un muy buen pasar (sin duda alguna, esta mujer en Italia habría hecho gran carrera dentro del partido de Berlusconi).
Porque, en el fondo, da la sensación de que el tan cacareado patriotismo de estos sectores tiene un límite. En cualquier contencioso entre España y los EEUU, ya sea político, económico o cultural, siempre, siempre, siempre le dan la razón a los americanos. Me temo que en Radio Intereconomía, la próxima vez que se enfrente nuestro país con los americanos en la Copa Davis, apoyarán a los guiris. Y si gana España dirán que Nadal estaba dopado. Ellos sí que lo están.

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PD: El próximo lunes, día 16, en el chiringuito Las Dunas, actúan los Kiss efe eme (antaño Los Loquitos). Absolutamente imprescindibles. Particularmente si se detesta la música.