Calle Charco, con Antonio Franco
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DESDE EL BALCÓN VISUALIZO LA CALLE CHARCO
Es doce de mayo. Acabo de pasar esta mañana por la calle peatonal por excelencia de nuestra localidad. Lo han adivinado, se trata de la calle Charco. Hace casi un mes que acabó la Semana Santa. Aún hoy, perdura en el suelo las huellas de la Semana de Pasión. Me refiero a que el suelo presenta un aspecto deplorable. Las manchas de la cera derramada por los cirios de las distintas Hermandades dan una imagen de abandono y suciedad. Si a ello unimos la falta de civismo de algunos ciudadanos y ciudadanas que no se molestan en recoger los excrementos de sus mascotas caninas, tenemos una visión bastante completita de lo que no debe ser una calle comercial y peatonal de un municipio turístico. Si alguien reclama la devolución de “las escobas de plata” estará en pleno derecho de hacerlo.
A los propietarios, considerados “guarros”, que dejan los excrementos de sus perros al azar de que los pisemos, se les puede sancionar si se les pilla en el acto. Pero, ¿quién es el responsable de que aún las mugrientas y oscuras manchas de cera, a estas alturas del florido mayo, sigan “decorando” nuestra calle Charco?
Al igual que cuando finaliza la Cabalgata de Carnaval, o la de los Reyes Magos, o la de las Fiestas Patronales, los servicios de limpieza se ponen manos a la obra, inmediatamente, me pregunto por qué no se actúa de igual forma cuando acaba la denominada semana grande.
Es doce de mayo. Puede ser que cuando este artículo vea la luz los lunares negros que salpican acá y allá una de las arterías más importantes de nuestro callejero, hayan desaparecido. Este hecho, de haberse producido, no quitará veracidad a las palabras aquí vertidas. No han sido producto de mi imaginación. Es un hecho contrastable.
Otro asunto. Es doce de mayo. Al curso escolar le queda poco más de cuarenta días. No sé si recuerdan aquella noticia de que el equipo de gobierno había aprobado ayudas y subvenciones al transporte escolar para aquellos alumnos de familias más desfavorecidas. Aún hoy se siguen costeando dichas familias el importe del traslado de sus hijos. El anuncio de la aprobación de la subvención concedida fue sólo una rimbombante noticia. También puede ser que cuando este artículo sea publicado las ayudas al transporte escolar sean ya una realidad. Tampoco este hecho quitará veracidad a lo mencionado anteriormente. También se puede demostrar. Sobre todo por parte de las familias que se verán beneficiadas.
Pueden haber más asuntos “caseros” para este doce de mayo. Es muy probable que los haya. Aunque los denomine “caseros” no son asuntos menores. Tampoco se trata de asuntos ideológicos. Son sólo temas de gestión. Y pueden servir de ejemplo de “cómo estamos siendo gestionados”.
Salud.












Luthero | Martes, 20 de Mayo de 2014 a las 19:08:39 horas
Al autor del articulo de opinión no sé que le molesta más, pero personalmente me molesta más la semana santa, cuando la protagonizan gente sin autentica fé cristiana, sino solo fachada, gente que sigue aprovechando estas celebraciones para hacer alarde publico de algo que debrian demostrar dia a dia y sin tanta publicidad, gente que publicitan que sus hermandades dan limosmas en forma de alimentos a familias necesitadas pero que en su vida pagana no hacen nada por remediar la situacion que provoca tantas desigualdades, gente que se le llena la boca de palabras cristianas y luego en los hechos se dedican a la autopromoción ó a atacar alos demás como hace el anterior comentarista utilizando adjetivos peyorativos como “rojo“. Fariseos en vez de verdaeros cristianos en resumen. Habria que explicarles a algunos que en este pais existe la libertad de credo y nadie está obligado a hacer pubilca su fé, como tampoco sus tendencias politicas, porque queda en la intimidad de la persona y tratar de exigir nada de eso es querer emular a la Santa Inquisición, esa que dejó una huella por su peculiar “justicia humana“ arrogandose un papel de vocal de Dios que nadie les otorgó, lo mismo que algunos comentaristas.
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