Balsa Cirrito
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EL HOMBRE MESOLÍTICO
Uno de los motivos por los que en la actualidad se respeta menos a los ancianos que en tiempos pretéritos es que en épocas lejanas, cuando el mundo evolucionaba mucho más lentamente, los más viejos poseían un caudal de experiencia que les hacía ser extraordinariamente útiles. En la actualidad todo cambia tan rápido que a menudo son los jóvenes los que más saben sobre aspectos prácticos de la vida, o sea, los tecnológicos, motivo por el que se echa de lado a los mayores con escaso remordimiento. No es una idea mía, es de Carl Sagan, aunque estoy bastante de acuerdo. Según esto, un servidor debe andar por el Mesolítico.
Cambiar de móvil, de ordenador o, incluso, de automóvil, supone una auténtica pesadilla. Los diseñadores de aparatos compiten a ver quién es el más chulo. El manual de instrucciones parece que ha pasado a ser un objeto más pasado de moda que los políticos honrados. A menudo, en muchos de los cachivaches de los que hablo, el manual viene dentro del aparato (por ejemplo, en los ordenadores, en los MP4, libros electrónicos, cámaras de fotos…) lo cual resulta una hermosa paradoja, ya que precisamente lo que quiero saber es cómo se maneja el referido aparato, con lo cual o no puedo o no sé leer el manual, porque para poder leerlo tengo justamente que saber manejarlo.
Acabo de comprarme un ordenador, con un sistema operativo diferente al que tenía antes. Por supuesto, pese a la extraordinaria complejidad de la máquina que he adquirido, viene sin ningún tipo de manual, que parece ser que es cosa de cobardes. Este ordenador tampoco tiene instrucciones de uso dentro del ordenador, por lo que uno tiene que manejarse en él como Orellana cuando descubrió el Amazonas, esto es, como una peligrosa aventura. El ordenador, eso sí, tiene una pestaña que dice ayuda. El problema es que necesitaría un manual para saber cómo se maneja la pestaña de ayuda, ya que los nombres de las cosas que quiero saber son diferentes a los que siempre he usado, con lo que no sé siquiera cómo pedir ayuda. Un lío.
Y esto sólo es el principio. En un futuro muy cercano, y ante la mayor complejidad de los aparatos, será cada vez más difícil manejarlos (aunque la publicidad diga lo contrario), con lo cual es fácil predecir que el mundo que viene será dominado por los tecnólogos. Y además juegan con nosotros de manera vil. ¿Cómo? Pues lo cuento en el siguiente párrafo.
Cuando yo era niño, por ejemplo, no se esperaba que todo quisque supiera manejar una cámara de fotos. Sabían hacerlo los fotógrafos y los que tenían cámara, que tampoco era todo el mundo. Ahora se supone que todos debemos saber utilizar todos los aparatos, y cualquiera que no sepa es observado con conmiseración por el resto de los humanos, incluidos los roteños. Y lo peor es que a cada mayor dificultad que nos colocan, más felices nos ponemos. Y que nos parece que cuanto más difícil sea de utilizar, mejor es el aparato.
Y llego a dónde quería llegar. ¿Han observado lo difícil que es ahora enviar comentarios a Rota al día? ¿Logran ustedes leer las palabras que nos ponen y que debemos teclear para que nos dejen insertar nuestro comentario? ¿Son capaces de introducir el texto que nos dicen en el “introduzca su texto”? Yo casi que no. Pero ya lo dije; soy del Mesolítico.












viriato | Sábado, 03 de Mayo de 2014 a las 10:00:44 horas
LLevo ya varios comentarios diciendo lo mismo que Cirrito: parece que no quieren que emitamos comentarios dada la complejidad de lectura de algunos textos. Me quedo mas tranquilo después de leer a Balsa ya que me creía que era el único retrógado anclado en la Edad de Piedra, pero ya veo que no, ya somos dos. Por cierto, ALBRICIAS!!!, en ésta ocasión me ha tocado un texto numérico propio del futuro mas lejano.
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