Balsa Cirrito
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EL RETORNO DEL MACHO MAN/MACHO MAN POWER
Mi querido compañero de página, Antonio Franco, dedicaba la pasada semana su artículo a la violencia contra la mujer. Venga, vale. No discuto. Estoy de acuerdo con casi todo y no le quito ni una vírgula. Aunque no estaría de más echarle un ojito al reverso del paisaje. Antonio tomaba el hilo a partir del día internacional contra la violencia sobre la mujer. Pero hay más días que ollas: el día internacional de la mujer trabajadora. Y el día del cáncer de mama. Y el día de los derechos de la mujer. Y el día mundial de la menopausia. Frente a todo esto, los hombres sólo figuran en el listado de la ONU con un discreto día mundial de la salud prostática, que incluso en su formulación, parece tratar de ser lo más discreto posible.
Creo haberlo comentado ya en varias ocasiones, pero va estando uno hasta la costilla de Adán de la masiva feminización del mundo y de esa focalización existente sobre la mujer, sus pensamientos, sus valores y su cuerpo. Sin tratar de ser exhaustivo, ni muchísimo menos, me permito recordar una serie datos o situaciones a mi juicio incontrovertibles.
Lean, lean:
- Prácticamente la totalidad de los anuncios de la tele reflejan los, digamos, valores y estética de las féminas. (O sea, las mujeres son las que deciden cómo se pule el dinero en una casa. Los hombres se limitan a asentir).
- En las películas, por cada mujer que hace de mala, hay diez mil tíos que hacen de muy malo.
- En las series de televisión, y no sólo en las españolas, los hombres son a menudo brutos, incultos y maleducados. Y siempre, siempre, siempre, unos descerebrados. En esas mismas series, a las mujeres les gusta la ópera, la lectura y la cocina de autor.
- Siguiendo con lo mismo. ¿Dónde están hoy los modernos héroes de acción herederos de los grandes del pasado como Sylvester Stallone o Bruce Willis, eh? ¿Dónde? Las mujeres los han erradicado. Cuando yo era niño ponían en la tele una serie española llamada Los camioneros. Ah, hombres hombres sin traza de metrosexualismo corrían aventuras en un camión. Poco después llegó otra serie guiri de la misma temática: En Ruta, cuya canción de entrada todavía recuerdo con cariño. Hoy en día la serie equivalente sería algo así como Los alegres chicos del gimnasio.
- Absolutamente todos los libros de sexualidad, y las charlas en la radio o la televisión sobre ese distraído asunto, se ofrecen desde la perspectiva de las mujeres (viene a decirse que los hombres se conforman con cualquier cosa que se les eche, a veces, incluso, con esas mismas palabras).
- Un hombre maduro que mira a las jovencitas es un viejo verde. Una mujer madura que mira los jovencitos es una mujer liberada. (Recuerden el anuncio de: “Cómete un yogurín”)
- Constantemente, en los medios de comunicación y en los programas de salud, se alerta sobre las enfermedades específicamente femeninas. Las masculinas son casi clandestinas.
- ¡Ver el fútbol en la tele vale dinero! Si a las mujeres les gustara el fútbol no existiría Canal + Liga ni Gol TV, porque ningún gobierno permitiría que hubiera que pagar para ver un Barça-Madrid.
- La militancia de las mujeres en los partidos políticos es muy inferior a la masculina; el número de cargos, por ley, igual al de los hombres.
- Ana Botella fue alcaldesa de Madrid porque su marido era Aznar; Hillary Clinton secretaria de estado americana porque su marido era el presidente Bill; Cristina Fernández ha llegado a la Casa Rosada argentina por estar casada con Néstor Kichner; Estela Martínez de Perón, idem con Domingo Perón. No he visto yo que ni el marido de Margaret Thatcher, ni el de Michelle Bachelet, ni el de Esperanza Aguirre o el de Angela Merkel hayan alcanzado altos cargos políticos. Es más, seguro que sus amigos se cachondean de ellos.
- Los hombres, salvo el anteriormente mencionado Aznar, ya no llevamos bigote (barba ni te digo). Aunque no lo crean, no es sino un intento de feminizarnos y de sorbernos nuestra velluda esencia. Después de todo, los hombres, al llegar a la pubertad, tenemos pelos en la cara. Quitárnoslos viene a ser una traición casi ontológica. ¡Espíritu de Clark Gable, retorna y toma tu venganza!
Y lo que es peor, las mujeres cuentan con una quinta columna de hombres que se pliegan ante sus oscuros designios. Una moda impulsada por algunos traidores a su sexo trata de imponer la depilación masculina en las piernas y en el torso. (¡Malditos renegados!). A menudo podemos sentir como si nos encontráramos en una ciudad sitiada. Los medios de comunicación, los gobiernos, las leyes, la graduación de las bebidas alcohólicas, todos conspiran para convertirnos en andróginos lechuguinos. No lo conseguirán. Y sobre todo recuerden: un hombre que no sabe poner una lavadora o que no llora con los anuncios antiguos de turrón El almendro, no es ningún anormal. Es un hombre/hombre. ¡Macho man power!












Toma ya Violeta | Viernes, 06 de Diciembre de 2013 a las 18:25:48 horas
Violeta, tanto hablar de educación y en un escrito de tres líneas destrozas la ortografía, en algún caso, con faltas de mucha gravedad. Comienza la educación contigo, guapa.
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