Calle Charco, con Antonio Franco
![[Img #28213]](upload/img/periodico/img_28213.jpg)
25 DE NOVIEMBRE: VIOLENCIA Y DESIGUALDAD
El próximo lunes, día 25 de noviembre, se conmemora el día de la violencia a la mujer. El día 25 de noviembre de hace cuarenta y tres años, las hermanas Mirabal, Minerva, Patria y María Teresa, tres luchadoras sociales, fueron asesinadas por orden del dictador de la República Dominicana, Leonidas Trujillo.
En el Primer Encuentro Feminista Latinoamericano y del Caribe, se decidió esta fecha en homenaje a estas mujeres en 1981. No sería hasta el año 1999 cuando la Asamblea General de la ONU aprobara ese día para conmemorar la violencia de género. Basta “bucear” en Internet para informarnos de ello.
La erradicación de la violencia contra la mujer pasa necesariamente por un cambio cultural y educativo. La mujer ha arrastrado un papel de sumisión a lo largo de la Historia. Sumisión que, por cierto, las distintas religiones se ha encargado de adjudicarle. Sólo en las sociedades con un marcado carácter laico, la mujer adquiere la función de persona y, por tanto, convivir en un plano de igualdad con el hombre. “Mujeres y hombres somos distintos, pero no somos desiguales”. Una frase llena de significado.
Si en muchas partes del mundo las mujeres se encuentran en una situación insostenible de negación de derechos, que las oculta, las empobrece y que las sitúa en continuo riesgo, incluso institucionalizado, de violenta extrema, de explotación sexual, de agresiones, violaciones, asesinatos y ejecuciones, en nuestro país, la deriva conservadora y patriarcal hacia posiciones políticas de modificación regresiva de la Ley de Aborto, de imposición de la corresponsabilidad irreal en las obligaciones familiares, de recortes en recursos de protección social y en programas de igualdad, etc... sigue poniendo de manifiesto más aún, que la lucha por la igualdad entre mujeres y hombres, es la lucha contra la violencia de género.
Efectivamente, la derecha ideológica española siempre se opone, a priori, a los avances sociales en materia de libertades. El derecho al divorcio, la despenalización del aborto, la equiparación de homosexuales y heterosexuales, siempre han encontrado un rechazo, por sistema, a las primeras de cambio por parte de la derecha española. Luego, es verdad, que se aprovechan estupendamente de todas estas políticas encaminadas a la igualdad. Los matrimonios católicos de derechas, ¿no deberían mantener su matrimonio hasta que la muerte los separe? ¿Por qué se divorcian, pues?
¿Cómo es que se casan personas del mismo sexo de ideología de derechas aún cuando recurrieron la ley de matrimonio entre homosexuales?¿Por qué no abominaban de sus hijas que viajaban a Londres para abortar y sí lo hacen cuando se trata el tema en España?
Con el paso del tiempo, a todos se les llena la boca hablando de igualdad. Aunque siempre queda un rescoldo de aquellas primitivas ideas. Hay que recordar que no hace mucho, Esperanza Aguirre, siendo Presidenta de la Comunidad de Madrid eliminó el Consejo de la Mujer en dicha Comunidad.
Hoy, por el contrario, desde nuestro Ayuntamiento, la derecha plenaria pretende dar lecciones en políticas de igualdad a todo el mundo. Así, se insta al gobierno andaluz a que no reduzca las aportaciones económicas para el mantenimiento de los Centros de Información a la Mujer y evitar así su posible desaparición, y no miran a su alrededor, en aquellas comunidades autónomas donde gobiernan, que es donde estas aportaciones a los programas de igualdad están mermando presupuesto tras presupuesto.
Otro ejemplo de la reticencia de la derecha a las políticas de igualdad, la podemos contemplar en el ámbito local. Cuando el grupo municipal de Izquierda Unida presentó la idea de crear un punto de encuentro familiar en nuestra localidad, todo fueron pegas, hasta el punto que “guardamos” la propuesta. Meses después, el propio equipo de gobierno presume de haber llevado a cabo la creación del punto de encuentro familiar.
Estos días era noticia la publicación de un libro de una autora italiana. El título de la obra, “Cásate y sé sumisa”, no es precisamente un canto a la igualdad de género. No sé yo si la lectura del libro fomenta el maltrato, pero, desde luego, igualdad ninguna. La sumisión da lugar a que alguien está sometido a otro. Supongo que los que aún conservan el tufillo conservador clásico por excelencia habrán visto la publicación del manual de “buenas prácticas para esposas cristianas” con buenos ojos. Si lo que pretende Constanza Miriano, la autora, es crear polémica para vender más libros, conmigo, desde luego, que no cuente.
Un año más, este día se convierte en un día de denuncia de la violencia contra las mujeres, la violencia sexista y machista, que no tiene tregua.
Pero también tenemos que denunciar este día la violencia institucional que se ejerce contra las mujeres a través de medidas que inciden directamente en sus vidas: la reforma regresiva de las normas laborales y de la ley de aborto.
Días como éste, deben servir cuanto menos, para remover conciencias y analizar de manera estructural, y preguntarse por qué a pesar de que teóricamente la violencia de género sea rechazada desde cualquier ámbito político, es aún, una lacra endémica que junto con la desigualdad, se muestran como elementos inseparables.
Salud.












HH | Jueves, 28 de Noviembre de 2013 a las 15:16:58 horas
La violencia de género es un problema de dificil solución, cuando esto sucede dentro de una pareja es por que algo importante se ha perdido como pudiera ser el amor, la confianza, la pasion, la economia comun, o intereses distintos cuando todo está gravemente perdido en la pareja lo mejor es la separacion o el divorcio antes que llegar a un triste final.
Accede para votar (0) (0) Accede para responder