Mientras la Virgen del Rosario peregrinaba por las calles roteñas hasta Costa Ballena, otro caminar se estaba llevando a cabo por las mismas calles, aunque en este caso con menor número de personas, apenas unas decenas, y con otra finalidad, protestar silenciosamente contra las armas nucleares.

Se celebraba así una nueva convocatoria de la Marcha del Silencio, que este año llegaba a su edición número 14, convocada por la Red Antimilitarista no Violenta de Andalucía (R.A.N.A.) y contando con el apoyo de Izquierda Unida y Equo.

Estos colectivos consideran que no se puede dejar que la población olvide actos tan reprobables como las explosiones atómicas de Hiroshima y Nagasaki, el holocausto nazi o la guerra de Vietnam, masacres que afectaron a centenares de miles de personas indefensas, y denuncian que los gobernantes actuales mantienen arsenales atómicos en una proporción muchísimo mayor que en 1945, además de  justificar y alentar la estrategia nuclear.

Con esta marcha silenciosa sobre la localidad, que transcurrió desde la plaza de España hasta la puerta del Castillo de Luna, pasando por la plaza Barroso, R.A.N.A. ha querido fundamentalmente alertar a la población de la postura de los políticos que, según este colectivo, en Andalucía justifican la presencia de armas nucleares dando apoyo a los militares norteamericanos o ingleses que las usan desde las grandes bases militares, poniendo en peligro a millones de seres humanos y al propio planeta.

Durante la marcha se repartieron folletos explicativos y se hizo una pequeña representación artística formando un paraguas nuclear, mientras se escuchaban poemas y música dedicados a la paz. Al final de la actividad se homenajeó al militante pacifista Agustín Gómez (1954-2014), y se pudo escuchar una grabación con su voz, recitando un poema por la paz y contra las armas de destrucción masiva.

El acto reivindicativo terminó con la entrega de un texto en el Ayuntamiento de Rota.